Los cuarteles de Arequipa se convirtieron en momentáneos museos, donde expusieron, además de su armamento y la ejecución de estos, su rigor disciplinario con que forman a los soldados que defienden la soberanía del país. La campaña también apunta a acercar a las familias arequipeñas a la institución castrense y fomentar el enrolamiento de los jóvenes a sus filas.