Casi coincidiendo con los festejos de la ciudad, Google Earth regaló a Arequipa la operatividad de su herramienta Street View -Vistas Callejeras en español-, con la que se abre una nueva dimensión para “pasear” la ciudad, prácticamente, sin moverse del escritorio. Desde hace un buen tiempo atrás, las reconocibles unidades móviles, equipadas con un sistema de cámaras especiales, empezaron a recorrer casi todas las calles de la ciudad, incluyendo tramos campestres y rurales, en un hecho histórico en la cartografía digital de la ciudad y al que ninguna autoridad -ni chofer de combi- ha hecho referencia, ni reverencia alguna.
Lo malo de tan importante noticia es que nuestra ciudad está, desde ahora y, literalmente hablando, en los ojos del mundo entero, en cada PC, en cada Ipad o teléfono celular. Según estimaciones del propio Google, a la fecha, se han descargado hasta mil millones de programas gratuitos de Google Earth –en sus distintas versiones- lo que significa que uno de cada siete seres humanos lo usa. Hasta hace unas semanas atrás, cualquier persona -en cualquier parte del mundo- tenía que apelar a fotos de tarjetas postales, fotos de amigos, de libros, de revistas, de periódicos o fotos colgadas en internet, para darse una idea de lo que ofrece Arequipa. Y como sabemos, la gran mayoría de postales solo vende la Arequipa con maquillaje. Y qué hay de la Arequipa cara sucia y patacala? La Arequipa maloliente y descuidada, la Arequipa olvidada en medio de cerros y quebradas, la Arequipa sin pistas ni veredas, la Arequipa de la autoconstrucción y la informalidad. Esa Arequipas hoy salen a la luz.
Si bien Street View es todo un avance de la ciencia y la tecnología que se aplaude; debo confesar mi preocupación al ver cómo nos ven desde afuera. Es sencillamente doloroso ver en cada imagen panorámica la triste y cruda realidad de nuestra ciudad, mostrando miseria e inhumanidad en cada rincón de espacio público fotografiado. Mi más pesimista pronóstico se ha cumplido. Recuerdo aquella vez que, recorriendo un pequeño tramo de una importante avenida de la ciudad, acompañando a un grupo de estudiantes del curso de Diseño Urbano –en búsqueda de vicios de diseño y errores a no repetir-, registramos más de 200 observaciones en menos de una hora de caminata. Un alumno reaccionó manifestando, muy preocupado, que si en apenas 700 metros lineales de calles hay tantos vicios, errores y defectos, cuántos más no habrá en los 2,000 kilómetros de calles en toda la ciudad. Habría para llenar varios kilos de papel, le contesté. Creo no haber exagerado y estoy en condiciones de demostrarlo. Por ahora más de 200 imágenes seleccionadas de Street View delatan la triste y cruda realidad de una ciudad cuyas calles y parques parecieran no reconocer la mas mínima dignidad humana y en donde, a pesar de los miles de millones invertidos en obras públicas, no se ven los resultados tangibles, duraderos y sostenibles de estas inversiones. Google no miente –lo único que Google ha difuminado son caras y placas- pero el resto se muestra tal cual. “Arequipa al desnudo” podría ser el titulo apropiado para una conferencia que me encantaría brindar con las imágenes recogidas y que de hecho la daré para quienes deseen participar.
Pero más allá de lo académico, mi gran preocupación se confunde con la indignación de quien ve en esas imágenes, una Arequipa deformada y contrahecha por esa suma de arquitecturas chicha, hibridas y modernosas. En mi anterior artículo me referí a la pésima y cuestionable calidad de gasto de la obra pública urbana -a raíz del recorte del canon minero-. Pues bien, cualquiera que observe las vistas callejeras de Arequipa mediante Street View de Google Earth se preguntará: “y esa es la segunda ciudad del Perú?”. Reconozco que anoche me tope con lugares de mi ciudad que jamás visite, y eso que puedo asegurar ser uno de los pocos que se la ha recorrido enterita -de cabo a rabo, allá en 1984- en busca de datos para mi tesis; pero no podía creer que eso que veía era parte de mi ciudad. En algún momento hasta pensé como podría ser posible borrar esas imágenes; pero es imposible, esa es Arequipa y es así -con todas sus crudezas y penas- cómo nos ven desde afuera. Y algo que me impresionó bastante fue el desastroso estado de los pavimentos, de las veredas y de la señalización de tráfico. Claro que no faltarán quienes digan que Google escogió una mala época para publicar mundialmente el calamitoso estado de las calles de la ciudad; pero lo único que ha hecho Google es confirmar la incapacidad de las autoridades locales para gestionar la recuperación inmediata de la ciudad. No fue un terremoto ni la caída de un meteorito; fue una lluvia fuerte, tan fuerte como de seguro las hubo anteriormente, solo que hoy devolvemos plata del canon porque no sabemos en qué invertir y aun así, no hay fondos para reparar pistas ni veredas? Si eso no es incapacidad, qué es?
Lo cierto es que Arequipa muestra al mundo, gracias a Google y gracias a una troupe de alcaldes poco capaces, una cara impresentable y que pone al desnudo nuestras más oscuras y crudas debilidades. Son muy pocas las imágenes que realmente valen la pena y que representan el ideal de ciudad atractiva, limpia, segura y ordenada que nos prometen todos los alcaldes que han pasado. Ahora ya no tendrán escapatoria. El mundo entero, literalmente hablando, será testigo de sus grandes mentiras y sus grandes faenones. Gracias, Google!