“Estoy encarcelado en el penal de Socabaya desde el 9 de agosto”, contesta a la psiquiatra en algún frío salón del Instituto de Medicina Legal. Presagiando la siguiente pregunta, Percy masculla la causa: “por coacción”, musita. Y después, como ante una gran omisión, agrega tímidamente, “y por presunto homicidio”.
Era el 22 de agosto y Percy, en horas de la mañana, tuvo que acudir a Medicina Legal para que le realizaran un ‘Perfil Psicosexual’, a solicitud del Ministerio Público. “Todo empezó desde que yo estaba interesado en la música”, emprende el recorrido por los recuerdos, “… ahí me ofrece una guitarra ese chico… no llegamos a ningún acuerdo… nunca más lo volví a ver”, responde.
A los ojos de su enamorada Ana María, Percy es una persona timorata, desordenada y olvidadiza. “Habla muy poco, se para olvidando de las cosas y es desordenado. Cuando discutimos él no contesta nada, yo soy la que digo las cosas y él se queda callado”, declaró Ana a la fiscal.
En el tema de ‘variantes sexuales’, la psiquiatra le inquiere: ¿qué opina de los homosexuales? “De los que son muy escandalosos, me alejaría; pero mientras no sean así, si no me molestan, normal”, expone Percy.
Las señales que muestra el examen al que fue sometido son importantes y a la vez intrincados…
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