Los crímenes que ocupan esta nota son un conjunto de historias increíbles que, una vez más, dejaron un importante saldo de sangre en la, cada vez más violenta, Ciudad Blanca.
Sin un orden cronológico que verifique relación entre uno y otro caso, el único punto en común es la inverosimilitud.
Hijos verdugos
Cuando Juana Turpo encontró el pedazo de un sobre de veneno, pensó: “A qué rata querrán matar ”. Quien hubiera dicho que la rata
en ese momento era ella. Pero ya era tarde, en seguida sintió los
indetenibles efectos del potente veneno. Aquel día “L”, su menor
hija, había preparado el desayuno no sin antes advertirle que quizá
el sabor no sería el mismo….
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