El Boeing 777, desaparecido con 239 ocupantes desde el sábado, no muestra aún ningún rastro de dónde pudo haberse estrellado. Las primeras indagaciones señalan que el avión pudo haber sido víctima de un atentado y se habría desintegrado en el aire, pero Interpol descartó que los dos iraníes con pasaporte falso fueran terroristas.
En las últimas horas han hallado restos y una balsa de rescate volcada en el mar, aunque se debe comprobar que pertenezcan al avión siniestrado. La mayor sorpresa fue que los familiares, en su desesperación, llamaron a los celulares de los pasajeros desaparecidos, encontrándose que varios de ellos tienen señal, aunque nadie responde las llamadas. Las últimas teorías apuntan a que el piloto cambió la ruta de vuelo, regresando a Malasia, por lo que se deduce que el avión se estrelló al intentar sobrevolar por el estrecho de Malaca.
Otra teoría es que el piloto, Fariq Abdul Hamid, haya cometido una imprudencia, pues se supo que solía tener una actitud irresponsable en los vuelos, permitiendo ingresar a pasajeros a la cabina e incluso fumar y tomarse fotos durante el vuelo. Jonti Ross, pasajera en el 2011 con el mismo piloto, aportó pruebas al entregar fotos con Fariq Abdul en pleno vuelo.