«Bolognesi en Arica», de Alonso Alegría

Cultural

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Por Miguel Almeyda

(Umbral y la historia que nos cuestiona)

chuquimia

En medio de una crisis extrema, Piérola encontró excelentes oportunidades para malversar y saquear los fondos destinados a la defensa nacional. Jamás se presentó cuenta o registro oficial alguno para justificar los retiros y el gasto de entre 95 y 130 millones de soles durante la dictadura de Piérola. Una investigación oficial llevada a cabo muchos años después, encontró que durante la guerra hubo irregularidades extremas en el manejo de los fondos y gastos públicos, pero nunca se impuso sanción alguna… (Historia de la corrupción en el Perú, Alonso W. Quiroz, página 190)

La obra de teatro comienza con un paseo a la bandera, imágenes, tiempos y sensaciones nos asaltan, llevándonos al pasado, cumpliendo el objetivo de ubicarnos. Sabemos que vamos a ver una historia patriótica, pero no sabemos cuánto de esa historia que no conocemos, vamos a ir descubriendo, al mismo tiempo que la alumna a quien la profesora le cuenta los momentos previos a la batalla de Arica.

La virtud fundamental de este montaje es que cumple con uno de los principios básicos de la escritura dramática. El público va descubriendo información, sensaciones, sentimientos, emociones al mismo tiempo que sus protagonistas. Acompaña, se involucra, se siente parte y emocionalmente está en Arica en el tiempo y el espacio que el escritor, director, actores y actrices nos plantean. Para los más entendidos, vemos claramente el ejercicio del distanciamiento Brecthiano: Un distanciamiento emocional con respecto a lo que se muestra en la obra para que así el público pueda reflexionar de una manera crítica y objetiva, en lugar de identificarse con los personajes. Los espacios se comunican, se revelan, se buscan, el director juega con el vestuario, la presencia de estas maravillosas niñas que en la obsesión inocente de que Bolognesi las escuche, nos muestran la crueldad de la guerra. Entonces no es un problema ver cómo los personajes van conversando entre ellos a pesar de la distancia, el tiempo espacio, la memoria. Si la hubiera visto en Lima quizás no me hubiera dolido tanto como verla en Arequipa: dijo Ramón García, eximio actor y compañero de promoción de la escuela del TUC, la noche que la vimos juntos.

Una historia que nos pertenece, que nos duele y que se va repitiendo como una letanía hoy, la corrupción, la traición, el abandono por los grandes ideales, el sueño de una patria unida, la honradez y el sacrificio de Bolognesi son, aun espero, ejemplos que los jóvenes deben considerar si quieren cambiar este país. Hay grandes momentos de actuación, textos maravillosos, diálogos brillantes, monólogos intensos, juegos de roles, personajes que a pesar de la juventud del elenco se sostienen, en una combinación teatral de experiencia e inocencia. Elard Meza en el rol de Bolognesi nos lleva con maestría por diversos caminos, juega con los matices, humaniza a un icono de la cultura y la historia, y eso un logro muy interesante, entendiéndose que es uno de los mejores actores que tiene Arequipa, acompañado de actores y actrices que logran cumplir sus roles.

Mención aparte merece el tema de la creación de un nuevo teatro en la ciudad, UMBRAL está abriendo las puertas de la mano de Hugo Riveros de un espacio importante y merecido en el mundo del teatro nacional que estoy seguro marcará una diferencia en la historia del teatro Arequipeño.

Bolognesi en Arica es una obra fundamental que debe ver toda la ciudad, todos los estudiantes secundarios, todos los universitarios y finalmente todo peruano que sienta orgullo de serlo.

Bolognesi en Arica Escrita y dirigida por Alonso Alegría, Sala de Teatro Um