Aguada Blanca: La muerte de una represa y el futuro hídrico de Arequipa

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Represa moribunda. (Foto: Erick Rodríguez)

Es como la llave principal de una casa, que regula el ingreso de agua o determina su corte. Aguada Blanca es la represa que regula y distribuye el agua para el agro, para generación eléctrica, para consumo humano o uso industrial en la ciudad de Arequipa. Y tiene una falla grave.

La compuerta de fondo, que permite la evacuación de los sedimentos, está trabada desde 1989, año en que una mala operación la dejó inutilizable. Desde entonces viene acumulando todas las partículas sólidas que se depositan en el fondo y que han alcanzado una altura aproximada de 6 metros, disminuyendo su capacidad de represamiento en un 30%.

¿Suena grave? Lo es. La capacidad de almacenamiento de diseño de la represa era de 43 millones de metros cúbicos (hectómetros) de agua. Ahora solo puede almacenar un máximo de 30. La base de la represa está llena de sedimentos que no se pueden evacuar por la trabazón de la compuerta destinada para este fin. Y aunque las autoridades de Autodema lo saben y, desde 2007 hicieron intentos para repararla, han pasado 8 años sin que se “haya movido un dedo” en ese sentido.

¿Cuál es la consecuencia de ese descuido? La posibilidad de que la represa siga acumulando sedimentos al punto de bloquear las otras vías de evacuación, con lo que quedaría inutilizable y dejaría a la ciudad de Arequipa, literalmente, sin agua. Incluso no se puede descartar un colapso de su estructura, aunque este riesgo no es inminente.

José Portocarrero, ingeniero hidráulico señala que, de aumentar los lodos en la represa, terminaría entregando lodo, en lugar de agua. Él insiste en que el final de la vida útil de esta represa estaría llegando a su límite.

El origen

La represa de Aguada Blanca se construyó en la década del 60 y comenzó a operar desde 1972. Está estratégicamente ubicada entre las faldas de los volcanes Misti y Chachani a una altura de 3 mil 650 msnm. Cuarenta kilómetros la separan de la ciudad y represa las aguas del Río Chili que está constituido por la unión entre los ríos Blanco y Sumbay.

En su momento, fue una represa modelo, con un diseño moderno y bien estudiado, que incluia un rebosadero (aliviadero de demasías) tipo Morning Glory, para su descarga al cauce del río.

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Desde 1982 proporciona el agua para la operación de la central hidroeléctrica Charcani V a través de una bocatoma sumergida que transporta 24 metros cúbicos por segundo los cuales vuelven al río aguas abajo, tras mover las turbinas de la central.

En el año 2002 se hizo una evaluación del problema de la compuerta trabada determinándose que por este motivo los sedimentos ya habían alcanzado una altura de 6 metros y se determinó intentar la reparación, para lo cual en el año 2007 se convocó una licitación. La buena pro fue otorgada a la empresa Dávalos SAC, pero Autodema nunca le pagó, por lo que hubo un proceso arbitral que perdió y determinaba reparar a la empresa con más de 100 mil soles.

Autodema incumplió esta obligación porque los aportantes de fondos para la reparación, entre los que figuraban Egasa, Sedapar y Cerro Verde, tampoco cumplieron con entregar sus aportes. Ocho años después, la situación es exactamente la misma.

La solución

Con el cambio de gestión en el Gobierno Regional, Isaac Martínez, quien ya había sido Gerente de Autodema antes, ha asumido la gerencia ejecutiva y ha planteado proceder a esta reparación de manera inmediata.

Añadió que en cuanto cese la temporada de lluvias se hará una batimetría para saber con precisión cuál es el volumen y altura del sedimento acumulado al fondo de la represa, así como el riesgo de que este sedimento tapone el ducto por donde se deriva el agua para fines energéticos. En ese caso, sí habría una emergencia.

Una vez que se estudie la situación y se determine si es posible reparar y destrabar la compuerta para evacuar gradualmente los sedimentos por la parte baja, se tomaría la decisión de proceder con esta reparación o construir una nueva represa si ello no es posible; porque de seguir acumulando sedimentos se pone en riesgo toda la estructura y las funciones distributivas de la represa.

Martínez enfatizó que no es posible extraer de otro modo los sedimentos o lodos depositados por su alto costo. “Sale más barato construir otra represa que intentar sacar el lodo, eso no se hace en ninguna parte del mundo”, dijo.

Añadió que ya existe un proyecto para construir una represa en la zona de Sumbay, que cumpliría las mismas funciones que Aguada Blanca.

Así, la mala operación inicial, la negligencia y el descuido de las autoridades de la última década habrían asesinado a una represa de onírico nombre, pero de utilidad concreta como sus muros. Aguada Blanca terminaría entregando aguas negras.