Las heridas por Tía María

La Revista

El Estado, a través del gobierno de Ollanta Humala, -quien en campaña prometió hacer cumplir la voluntad popular para después girar 180 grados en su posiciónestuvo del lado de la minera. Así lo percibieron los pobladores y eso, no solo agudizó el conflicto, sino que le dio ribetes violentistas, al surgir grupos de resistencia, como los llamados “espartambos”, en alusión a los 300 espartanos que enfrentaron el gigantesco ejército de Jerkes en la Grecia milenaria.

Los muertos, heridos y detenidos, en cambio, fueron más reales y el dolor se expandió más allá de los mitos. Las heridas abiertas siguen sin cicatrizar. Entre los arequipeños, aún están frescas las imágenes de los “huaraqueros” enfrentando a la policía, así como de los abusos policiales, de las muertes y las carreteras bloqueadas, del saqueo violento que se extendió hasta la ciudad, en varias jornadas de paro en apoyo a los agricultores; de las mesas de diálogo frustradas y de la decepción e indignación que produjeron los llamados “pepeaudios” que involucran al principal dirigente de los opositores a la mina, en un acto de traición a
su pueblo y corrupción, junto a un intermediario que alguna vez se vendió como “ambientalista”…

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