La última entrevista en Arequipa a Oswaldo Reynoso

Cultural

Reynoso y Almeyda

 

El autor de “Los inocentes” y “En octubre no hay milagros”, dos de los libros más leídos de la literatura peruana, estuvo en Arequipa en diciembre pasado con motivo de la realización de la primera edición del «Hay Festival». Miguel Almeida Morales conversó con él, en la que será la última entrevista concedida en su tierra y para este medio. En vista de su partida, la reproducimos para nuestros lectores.

¿Un escritor tiene una ideología?

No solamente el escritor, todo ser humano tiene una ideología, no en la significación de una tendencia política determinada sino en su posición frente al mundo, detrás de él, hay una cultura, vive en una sociedad,  pertenece a una clase social. Toda esa experiencia vital. Y la experiencia cultural se unen para formar la ideología, nosotros no somos robots, desde que tenemos uso de razón, estamos escogiendo una cosa u otra. Tenemos formación religiosa, educativa, en el colegio, eso da una mirada sobre la realidad, a eso llamo ideología.

Siempre afirma que usted es un creador. ¿A qué se refiere?

El escritor es una persona que domina su lengua y que le permite poder escribir, si es culto e inteligente, un ensayo, un poema, una novela, una crónica periodística, él utiliza el lenguaje para comunicar. En cambio el creador es la persona que utiliza el lenguaje para crear belleza, son dos aspectos totalmente diferentes, yo soy creador. Me siento totalmente incapaz de escribir un ensayo o crónica, porque yo he ejercitado el manejo del idioma en la dirección de la creación de belleza. Todo proceso de creación es un descubrimiento del mismo autor, un escritor puede decir voy a escribir una novela policial y hace un plano como si hiciera un  plano para construir una casa; el creador no hace eso, en el transcurso de su creación se va descubriendo a sí mismo, escribir es una aventura de reconocimiento profundo de su ser. Crea y vive y muere por su creación.

Usted habla de la colonización del poder…

Se quiere colonizar a través del poder, antes las colonias eran con invasión de tropas, con ocupación, como fue la conquista, como fue la colonización del ejército británico en Asia y África, ahora ya no necesitan de eso, es a través de los medios de comunicación, con una serie de mensajes que van colonizando la mente de la gente, por ejemplo producen una literatura que se lee una vez y no se vuelve a leer más,  ganan plata a costa de todo. Hacen un mundo donde no hay lectores sino consumidores. Donde no hay creadores sino productores.

La gente confunde el cosmopolitismo con la universalidad. Mariátegui ya lo definió, cosmopolitismo es estar a tono con la moda de las grandes cosmopolis sea arte, literatura; en cambio la universalidad consiste en, partiendo de una realidad concreta, llegar a la esencia de lo que nos hace seres humanos, es diferente. Ahora la metrópoli dice que para que una obra sea betseller tiene que tener una trama policial, tiene que haber investigación imaginada de  imperios antiguos, otros hacen novelas  de autoayuda, entonces los escritores creen que están dentro de la globalización cuando escriben eso. Pero es distinto cuando un autor parte de su propia realidad y profundiza, va a la esencia universal del ser humano. Hay un escritor ruso que dice: Pinta tu aldea y estarás hablando del  mundo.

Hace poco descubrió que sus novelas las escribió por capricho.

A mí me llamo la atención que a algunas obras de música el autor le pusiera el nombre de CAPRICHO, así tenemos el capricho español, italiano, árabe, rumano. Comencé a averiguar y en  música se le da el nombre de capricho a una obra que no es concierto ni sinfonía y que escapa a todas las normas que rigen la producción musical, entonces me pregunte: En literatura ¿habrá capricho?

Por el momento en el Perú solo he descubierto la obra de Martín Adán, La Casa de Cartón, no es novela, no es cuento, no es poesía, son apuntes, y fui al  diccionario de la real academia. Allí define capricho como toda forma de arte de invención que no observa las normas, entonces me di cuenta en que en todo lo que he escrito, nunca he observado las normas establecidas. En los talleres a los alumnos, los meten en normas  establecidas, un cuento debe ser así, una novela deber tener estos elementos, eso es encasillar la creación literaria, por eso algunos talleres yo le llamo Grilletes de la imaginación.

Por eso ahora estoy terminando un libro que se llama Caprichos.

En la conferencia del Hay Festival dijo algo muy bello sobre las ciudades

Es un poema de Kadafis:

Tu ciudad siempre estará contigo

adonde vayas tendrás tu ciudad, 

la ciudad donde naciste y donde conociste la tristeza o la alegría

esa ciudad te perseguirá toda la vida.

Y la ciudad que a mí me persigue es Arequipa.

¿Se siente solo frente al monstruo de la literatura de consumo masivo?

No. Los que se sienten solos son los otros, mira, Los Inocentes tiene 53 años de ser editado, En Octubre no hay Milagros cumple este año 50 años, y la gente los lee. Uno no está solo mientras tenga lectores y nunca ha decaído la lectoría de mis novelas, donde vaya encuentro gente que me dice: he leído su novela.

A los otros les dicen: Ayer lo vi por televisión…

Por eso nunca me siento solo.