José Fernando Mosquera Caicedo, de nacionalidad colombiana, intentó extorsionar a un sacerdote de Arequipa, para que le entregara dinero y poder regresar a su país; de no hacerlo, iría a denunciarlo por acoso sexual.
Ante la negativa del sacerdote, Mosquera Caicedo fue hacia la comisaría de Turismo, donde asentó la denuncia en contra del sacerdote; el sujeto indicó que pertenecía a la comunidad de Santa María al Pie de la Cruz en Chile.
Al realizarse las investigaciones, y comprobarse que la denuncia no tenía fundamentos, los efectivos policiales decidieron intervenir al ciudadano colombiano, quien en este momento se encuentra no habido.
Trascendió que el mismo sujeto había intentado extorsionar a otro sacerdote, de la parroquia La Paz, en Tacna; el Arzobispado de Arequipa aun no ha emitido un pronunciamiento, esperando que acaben las investigaciones de la PNP.
El 20 de noviembre del 2015, Mosquera Caicedo, también fue parte de un hecho escandaloso en Bolivia, cuando denunció que la policía de este país le había pedido 6 mil 500 dólares para dejarlo en libertad; el sujeto también contaba con otra identidad, Sebastián Lafuentes San Clemente, quien aseguraba que fue ordenado como sacerdote hace 10 años y pertenecía a la comunidad Católica Pontificia Misioneros de María.
Las investigaciones posteriores dieron como resultado que Mosquera Caicedo no era sacerdote y que ya tenía un prontuario amplio en delitos como extorsión, amenazas, estafa, hurto agravado y robo de vehículos; no solo es buscado en Perú, sino en Chile, Bolivia y Colombia.
Un ejemplo de estos procesos judiciales en su contra es del Juzgado Primero Penal de Bogotá, por el delito de hurto agravado. Años después también aparecen denuncias en su contra en Chile, donde utilizó la misma modalidad de hacerse pasar por misionero para robar objetos de la Brigada 16 del Ejército.