Eduardo Tokeshi: «Lo que queda del día»

La Revista

tokeshi¿Por qué “Lo que queda del día”?
Porque esos cuadros fueron los que se quedaron conmigo, al final del día; por diversas razones, me  compañaron hace años.  Estos cuadros eran parte de mi mobiliario, de mi colección privada, tengo una relación simbiótica con ellos, son los que se fueron quedando junto a mí. Este tipo de cuadros suelen ser el  otro lado” del pintor exitoso, porque el artista es, tanto lo que vende, como lo que no vende. Uno es lo que  hace y, también, lo que deja de hacer. Yo tengo un especial cariño por las obras que no se venden.

¿Hay alguna línea que marque la  evolución entre estos cuadros, de acuerdo a su antigüedad?
Sí en el sentido que uno no se puede repetir. Por ejemplo, cuando yo vivía en un departamento, la vista que  tenía era una y luego se fue llenando de edificios y mi visión se iba bloqueando por esos edificios y el paisaje fue cambiando. Eso también me va cambiando. Yo siento a cada cuadro como un hijo, hasta voy a verlos  cuando sé que están en alguna casa de amigos. Ahora, todos son distintos, por eso no hago reproducciones.
Yo digo, igual no puedo hacerlo, mejor tal vez. El poder de la imagen es…

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