Hay festival vuelve, imagina el mundo

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En los días del Hay festival  del año pasado, caminando por la calle Santa Catalinad me encontré con Fernando Savater. El filósofo conversaba con todo el mundo, feliz, me firmó un viejo ejemplar de Ética para Amador, el libro que marcó mi adolescencia. No podía creerlo, yo estaba aturdido y abrumado, porque para un lector que gracias a las novelas, cuentos, poemas, y obras de teatro,  se convirtió luego en escritor, el festival era como estar en una biblioteca maravillosa, gigante, que se extendía por toda esta hermosa ciudad. Ese mismo día por la mañana había entrevistado al maestro  Oswaldo Reynoso, quien me habló de la belleza de crear un lenguaje, de crear un mundo interior en la novela, del compromiso político. Cada escritor tiene una ideología, todo hombre tiene una ideología, me dijo: Yo soy un creador, no he venido a repetir y los lectores de mis novelas han ido creciendo con el tiempo, me encanta cuando me reconocen en la calle y me dicen: Ayer termine de leer su novela, me gustó.

Fue la última entrevista que dio en Arequipa, aún conservo sus palabras en mi grabadora: sabias, calmadas, dulces.

Al día siguiente busqué al que, para mí, es el escritor peruano más importante  de la actualidad: Miguel Gutiérrez . Yo había terminado de leer La violencia del tiempo, y lo encontré en su hotel, un poco cansado- Me trató con indiferencia, como a cualquier periodista que trata de sacarse del paso para ir a otro lado, pero cuando lancé mi primera pregunta: ¿Su novela es una novela total?, se me quedó mirando con  curiosidad y me preguntó: ¿Usted ha leído la novela? Entonces le nombré algunos de sus personajes, le dije que era puro realismo mágico, que  Piura es  la tierra de mi madre.Sonrió, se acomodó, pidió un café al mozo  y comenzamos una conversación que duró dos horas, en las que recibí lecciones de escritura fundamentales. Me contó su proceso, de dónde surgió la novela, las motivaciones, la técnica. Una lección de literatura que ahora agradezco infinitamente. Aun esta por publicar, quizás será en un libro porque  alcanza para mucho más, todo lo que me dijo esa tarde…

Renato Cisneros, no solo me habló de su novela, de su padre, de su elección del exilio al vivir en España, donde estaba a punto de casarse. También me contó sus proyectos sobre la bisabuela que tuvo ocho hijos con un obispo, y de la cual hablará en su próximo libro. Con Daniel Alarcón descubrimos que conocíamos  al protagonista de su novela, que hoy vive en New York y que es un gran dramaturgo peruano. Me habló de su proyecto de radio comunitaria. Conversé con Alonso Cueto, con Gustavo Gorriti, con Gabriela Weiner a quien sigo en su columna en la República desde hace tiempo. Estuve en la mesa en la que Jorge Bedregal, el historiador arequipeño, defendió el espacio de la gente de esta ciudad. Todas las noches veía con asombro los teatros llenos de público que seguían con interés cada conversación y me preguntaba de dónde salió toda esta gente. Poco a poco me fui enterando que venían de Cuzco, de Puno, de Bolivia, del norte de Chile. Muchos llegaban de Lima, vi las largas colas en el teatro municipal para escuchar a un escritor contar sus experiencias, asistí a la sesión donde los poetas, entre ellos mi amigo Martin Zúñiga, habló de su trabajo, compartieron poesía. Me sentí en otro país, en otra cultura, en un espacio tiempo distinto, al que nunca pensé que podría acceder. Fue un sueño, una utopía que se realizaba.

Era una manera distinta de ser lector, escritor, ejecutante de la literatura, me enamoré nuevamente de muchos libros, y entonces pensé en la frase de Gide que dice:

Todo está dicho ya, pero como nadie escucha, hay que decirlo de nuevo.

No pueden imaginarse la emoción que sentí  al escuchar el testimonio de Joumana Haddad, la poetisa, periodista y traductora libanesa, una de las mujeres árabes más influyentes del mundo, quien nos contó que leía Las mil y una noches a escondidas de su padre, que tuvo que luchar tanto por su poesía, que estaba perseguida, amenazada  por su activismo cultural y social, y luego nos leyó algunos de sus poemas.  Salí de esa reunión pensando en cómo la literatura puede convertirse en un arma de combate contra el machismo, el sexismo, el racismo, el clasismo,  la intolerancia.

Cuando Ángela Delgado me contó en una conversación lo que iba a suceder,  me quedé pensando si no era una locura, un sueño. Me lo dice en la entrevista que le hice cuando anunció el primer Hay festival, pero  la realidad superó a la ficción. He compartido con los escritores y escritoras que admiro, un espacio tiempo, escuchando sus procesos, su afirmaciones, sus dudas, sus técnicas, su forma de enfrentar ideas, sueños, utopías, realidades.

Ya se anunció la segunda edición del Hay Festival, siento que otra vez volveré a volar con mi imaginación.

Del 8 al 11 de diciembre la ciudad recibirá a más de 100 de invitados procedentes de 15 países que darán vida a charlas, debates, conferencias, lecturas, muestras de cine y talleres. Dos premios Nobel: Jody Williams, ganadora del premio Nobel de la Paz en 1997 y Ahmed Galai, miembro del Cuarteto por el Diálogo Nacional de Túnez,  premio Nobel de la Paz en 2015. Autores como Alessandro Baricco, Nell Leyshon,  Alfredo Bryce Echenique, Marta Sanz, David Foenkinos, Héctor Abad Faciolince, Giovanna Pollarolo, Daniel Samper Pizano, Margo Glantz, Luis Felipe Fabre, Renato Cisneros, Ryan Gattis, Carlos Franz, Claudia Salazar, Sergio Ramírez o Karina Pacheco. Periodistas como Jon Lee Anderson, Francisco Goldman y Joe Sacco (novela gráfica); derechos humanos con Christiane Taubira; historietistas como Liniers y Alberto Montt;  gastronomía con Gastón Acurio, Micha e Ignacio Medina; además artistas como Fernando de Szyszlo y músicos como Joselo Rangel compartirán este nuevo hay festival en  diferentes actividades.

Están todos invitados.

 

https://www.hayfestival.com/arequipa