Tras cinco años de espera postergan otra vez juicio por asesinato de menor

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En una cuestionable medida, el juez del Segundo Juzgado Unipersonal suspendió el juicio oral por el homicidio de Mary Collatupa Sahua. La menor fue asesinada en extrañas circunstancias en el año 2012, cuando trabajaba como empleada en el domicilio de los esposos Walter Huerta Perochena y Jessica Casapía Díaz.

El magistrado Roberto Salas Vilca adoptó la disposición luego que el abogado de los presuntos cómplices de homicidio simple presentara un documento ayer, donde refería no poder presentarse al proceso por motivos de salud. Ante el contratiempo el juez decidió postergar la audiencia para el próximo 21 de septiembre por motivos de carga procesal.

Consultada por El Búho, la madre de la víctima, Lourdes Sahua, lamentó el nuevo aplazamiento del proceso. En su momento el primer juicio fue declarado nulo por los vicios encontrados y problemas con los medios probatorios presentados por el Ministerio Público.

Ante la nueva postergación y el alargamiento del proceso, Lourdes Sahua no descartó una estrategia de los acusados para buscar la prescripción de la denuncia. Por otra parte, el abogado de la madre de Mary y la Fiscalía aceptaron la dilación dado el carácter de complejidad del caso.

Según las pericias policiales, Mary Collatupa falleció producto de asfixia. La insistencia de la madre, la injerencia de los acusados y los vicios en la autopsia determinaron la exhumación del cadáver de la menor; donde se encontró rastros de golpes y agresiones. Indagaciones de peritos también hallaron rastros de sangre en la habitación del matrimonio Huerta Casapía y una polera de Walter Perochena manchada con sangre de la menor.

Los presuntos cómplices de homicidio simple y su defensa adujeron ceguera de Perochena, aunque se recogieron testimonios de testigos que aseguraron haber visto al imputado manejar una camioneta desde su taller hasta su domicilio. Además, declararon que la menor había sido asesinada por maleantes que entraron a robar en la casa, aunque no supieron explicar los rastros de sangre en el dormitorio de la pareja, y las pericias descartaron dicha posibilidad.