Historia de la corrupción en el Perú

Columnas>El achorado culto

En estos días, la vida política de mi amado país me golpeo. Yo salí a buscar justicia durante la marcha de los cuatro suyos, junto a miles de jóvenes y jóvenas, fui parte de la resistencia que lavó la bandera, que caminó por toda la ciudad buscando libertad, luchando contra una dictadura corrupta y asesina, admirando a un cholo como yo, que por primera vez era presidente en un país racista. De pronto todos esos recuerdos me cayeron encima….El cholo sagrado…también era corrupto. Tanto como Fujimori, como Alan, como Montesinos, era del mismo cuero. Un imbécil que a la primera se buscó la manera de robar como todos…me dolió, me molestó, pero no me sorprendió. Parece que la corrupción es endémica, viene desde la conquista, pasa por la colonia y cubre toda la historia.. Está documentado en el extraordinario texto del  libro: Historia de la corrupción en el Perú de Alfonso Quiroz. Léanlo para poder intentar entender este país de miércoles. Aquí algunos fragmentos:

La colonia

«Empieza el abuso del Perú desde aquellos que debieran corregirlo» Se referían así a la colusión de la más alta autoridad, el virrey, con los grupos de intereses locales. El virrey tenía la autoridad centralizadora para otorgar el acceso al poder y podía reforzar así sus redes de patronazgo para conseguir ventajas políticas y ganancias privadas. Para gobernar sin mayor oposición interna, los virreyes respaldaban los abusos y excesos, activa o pasivamente, en conjunción con los oidores de las audiencias y otras autoridades. Varios virreyes participaron del cohecho al recibir sobornos abierta o encubiertamente por conceder cargos vacantes y decidir e imponer sentencias judiciales sesgadas.

El segundo asalto de corrupción en la colonia

-La primera generación de españoles había impuesto la pacificación del reino después de la conquista, fijando recompensas adecuadas con encomiendas y cargos en el gobierno, otorgados a los pocos españoles armados y obedientes que enfrentaron a millones de indios vencidos. La segunda estaba más segura de su dominio gracias al creciente número de españoles y a la caída de los indios.

La ambición, entonces, comenzó a imperar sobre el mérito y el honor de las armas, y los virreyes alimentaban su sed codiciosa de ganancias privadas concediendo favores a mineros y comerciantes. Finalmente, la tercera generación contribuyó particularmente a la decadencia del Perú y alcanzó la cumbre de la disolución, contando con la asistencia de los oidores locales. Ahora, los virreyes imponían la ley como si fueran príncipes absolutos, con miras a conseguir «indultos pecuniarios» a cambio de decidir contra la justicia, el derecho y la verdad: «mutuados a un dictamen virreyes y oidores, es lo mismo que unirse los lobos y los canes a devorar un rebaño porque el principal pastor se halla lejos».

Bolívar y Santa Cruz también…

El general Simón Bolívar, cabeza de la campaña final que venció al ejército realista en Perú, también tomó parte en las dañinas prácticas de expropiación local y abuso de autoridad. Bolívar y su dedicado ministro José Faustino Sánchez Carrión decretaron, en el periodo 1824-1825, la confiscación de las rentas y la expropiación subsiguiente de quienes se hubiesen refugiado en la fortaleza del Real Felipe en el Callao, el último bastión desesperado de españoles y criollos recalcitrantes. Sánchez Carrión recibió varias propiedades como recompensa a sus fieles servicios. Bajo condiciones de extrema penuria fiscal y endeudamiento, un Congreso servil recompensó a Bolívar en 1826 con más de un millón de pesos. Mientras tanto, los funcionarios de gobierno mal pagados saqueaban las rentas de provincias y confiscaban propiedades privadas. Tal fue el caso documentado del teniente coronel Juan Pablo Santa Cruz, gobernador de Chincha Baja y protegido del caudillo bolivariano, el general Antonio Gutiérrez de la Fuente: veintinueve vecinos verificaron la ilegal apropiación que Santa Cruz había hecho de ganado y bienes, no para el servicio de la patria sino para su propia ganancia, una forma de despotismo que consideraban era peor que el de los españoles.

Muchos años después llego Montesinos

El régimen de Fujimori-Montesinos fue responsable del desvío de los fondos de la privatización fuera de las áreas que promovían el crecimiento. Dichos fondos se usaron notoriamente para gastos militares autorizados por Camet. En la década de 1990, 992 millones dólares de fondos de este tipo dieron cuenta de más de la mitad del presupuesto total de las adquisiciones de defensa, que sumaron un total 1.885 millones dólares. En definitiva, aproximadamente el 78 por ciento de los 4.359 millones de dólares de ingresos totales provenientes de la privatización recibidos por el gobierno entre los años 1992 y 2000 se desviaron para financiar acuerdos de la deuda externa, compras de armas y gastos políticamente afines. El descubrimiento de cuentas bancarias secretas en Suiza y otros lugares por parte de autoridades nacionales e internacionales y las confesiones de los colaboradores eficaces ayudaron a sacar a la luz el funcionamiento de una red financiera internacional de lavado de dinero, estrechamente vinculada con comisiones ilegales en la adquisición de equipos militares. Los grupos principales de negociadores y agentes de armas cobraban 15 por ciento para cubrir sus propias comisiones y costos en cada acuerdo; además, «pagaban» una tradicional «comisión» adicional de 15 por ciento por cada trato directamente a montesinos, quien la compartía con sus principales socios militares y políticos.

NO sé cómo terminara todo esto, descubriendo todos los días nuevos escandalos, pero le recomiendo que lea el libro…parece ser que la corrupción es un mal que traemos desde siempre…y me pregunto aquí en Arequipa. ¿Dónde está?…que tenemos mucho que decir….tenemos.