El astro brilla, sí. Pero, intempestivamente, la oscuridad de los años anteriores, sufridos en el Pedregal, acentúa momentáneamente una sombra en sus rostros. Se ve el dolor a través de ellos. Aun viendo sus cicatrices y quemaduras es imposible entender cómo tres pequeñas niñas pudieron ser salvajemente agredidas por su propia familia. Para contar su historia les llamaremos A, J, y An. Las tres hermanas fueron rescatadas; y ahora, conocen el amor, la seguridad, la alegría. Ríen. Se esfuerzan por sobrevivir. Saben que deben continuar.
Que lo que les pasó, por muy pequeñas que sean, deben dejarlo atrás. Al final, como dice Paola Gonzáles,gerente general del albergue Paz Perú (Casa Isabel) tienen que comenzar a ser niñas, por primera vez. Extrañamente, la tragedia de “J” salvó a sus hermanas. La primera vez que Paola Gonzáles la vio, “J” estaba internada en el hospital Honorio Delgado. Llegó a ella junto a las voluntarias del nosocomio quienes, con las mamás de otros niños, habían descubierto la soledady el estado de abandono de la menor de 3 años….
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