La  huelga perdida: ganancia de los medios

Columnas>la Silla Prestada

huelga de docentesLa imagen de un policía consolando a una maestra en pleno enfrentamiento entre huelguistas y policías en el centro de Lima, en medio del humo de los gases lacrimógenos, ha conmovido a miles de ciudadanos, menos a la ministra de Educación ni al ministro del Interior. Es lógico, ni la actitud del policía ni lo que dijo después (“que le hizo acordar a una de sus maestras”) es parte de las negociaciones.  Nada de eso está en debate. El resto es espectáculo; claro, los medios de comunicación hacen famoso al policía y se olvidan de la maestra.

Los medios de comunicación reflejan el espíritu de la ciudadanía, o más bien moldean el espíritu de la ciudadanía. En medio de los debates políticos y gremiales, donde los representantes de los sectores en conflicto exponen sus argumentos, ayudados o no por los periodistas de turno, lo que a gente quiere ver es teatro, espectáculo, drama o comedia. Hay que buscar, entonces, la foto correcta, la escena apropiada para que el público se emocione y encuentre un resquicio para que se desborde, se altere, manifieste su conmoción dormida.

Ya no importan necesidades, urgencias o explicaciones sobre la pertinencia de la huelga, el riesgo de perderse el año escolar, las limitadas cualidades políticas de la ministra o las desesperadas maniobras del Ejecutivo para quebrar una huelga que no ha sabido resolver en su oportunidad. Pero sí importan, ahora, las actitudes, los bailes de los maestros en las plazas, las canciones creadas en medio del fragor de la lucha (la canción del “policía repitente” es muy buena), las lanzadas al piso de los dirigentes simulando desmayos, los carteles ingenioso, la cólera contenida de PPK, el desorden y desconocimiento del tema por parte de otro tanto de periodistas.

La noticia que no se resuelve en su momento se convierte en espectáculo, y si el periodismo quiere, puede ser una telenovela. Es decir, si algo que afecta a la ciudadanía, desde cualquier plano de interés, no tiene un principio y un final efectivo en corto tiempo, deja de ser importante y pasa a ser interesante e inmediatamente a ser banal. Este es el negocio de los medios de comunicación. Si un medio de comunicación encuentra, o fabrica, la imagen adecuada, la gente se rinde a su pantalla, a su portada, y eso es dinero en sus bolsillos.

La huelga magisterial es un caso perdido, los maestros han perdido no solo la posibilidad de alcanzar más beneficios salariales sino la oportunidad de la solidaridad del pueblo, de la ciudadanía. Y el gobierno ha perdido, en todos los planos, frente a la ciudadanía y frente a la oposición.

Desde hace unas semanas la protesta de los maestros ya es una telenovela, pasan a un segundo plano los temas de fondo y los medios de comunicación se dedican a “ilustrar” la huelga buscando imágenes y escenas conmovedoras, extrañas o insólitas para hacerlas virales en las redes sociales, en el internet, y así “no dejar de informar”.

Algunos han empezado a llamar a la imagen del policía y la maestra como “la foto de la esperanza”. Es otro ardid de los medios de comunicación, ¿o será del propio gobierno?, pues no hay tal esperanza. Al gobierno, por culpa de la ministra de Educación, se le ha ido de las manos una protesta que parecía aislada e insignificante, pero al mismo tiempo, paradoja peruana, los maestros no han sabido ganar esta contienda. Ahora, a río revuelto, ganancia de los medios de comunicación.