¿Prohibir con ingenio?

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“La ley no ha sido establecida por el ingenio de los hombres, ni por el mandamiento de los pueblos, sino que es algo eterno que rige el universo, con la sabiduría del imperar y el prohibir.” (Cicerón).

“Prohibir una multitud de acciones indiferentes, no es prevenir los delitos que puedan nacer de aquéllas, sino crear otros delitos nuevos.” (Literato, filósofo y jurista italiano del 1700)

¿Desesperación o inexperiencia? Muchos nos seguimos preguntando si la propuesta del Ministro del Interior de prohibir que dos varones se transporten en una moto lineal es un planteamiento serio. Argumenta Carlos Basombrío que hechos delictivos que cobran vidas en muchas ciudades de nuestro país tienen en coincidencia que los autores de asesinatos llegan al lugar en moto.

Esta medida implicaría que cuando un policía de tránsito viera a dos hombres sobre este tipo de vehículo podría detenerlos, solicitarles documentos y proceder a la retención de la moto para llevarla al depósito. No se aplicaría si los pasajeros fueran un hombre y una mujer o un hombre y un niño. ¿No se enteró el señor ministro que el año pasado la mitad de crímenes relacionados al sicariato fue ejecutada por menores de edad?

Defienden algunos que en otros países, medidas como esta han funcionado. Supongamos que sea así. Una sola acción no va a parar las muertes provenientes del crimen organizado. Una sola acción de prohibición conllevará a que sea reemplazada por otra que solucione la carencia.

¿Cuántos hechos delictivos de mayor o menor rango tienen ya una tipificación e indicadores claros en cada barrio de cada distrito del Perú y no se ha propuesto una medida tan específica como esta que podría perjudicar a miles de ciudadanos peruanos, dueños de motocicletas? Según indicó un líder de una agrupación de motociclistas, en el Perú, hay tres millones de usuarios de motos de todos los tipos. (La medida sólo aplica a lineales).

¿Ha pensado el ministro por ejemplo en prohibir o ponerse completamente estricto con otras situaciones que se repiten todos los días en áreas públicas y que ponen de manifiesto la falta de seguridad en la que vivimos? Por ejemplo, bajo la lógica del señor Basombrío no debería dejarse ni siquiera ingresar al país a ciudadanos de ciertas nacionalidades que ya se sabe lideran organizaciones de estafas, trata de blancas y extorsión; o no debería permitirse la conformación de agrupaciones dentro del gremio de construcción civil cuando se conoce que se producen muertes por el cobro de cupos entre las mismas; o prohibir que la gente que sale de noche a divertirse lo haga en un vehículo particular en vista de la gran cantidad de muertes que se producen por conductores ebrios en sus propios automóviles.

Estos ejemplos sólo hablando de asesinatos o muertes. ¿Cuántas medidas específicas se tendrían que dar en vías públicas e instituciones financieras por ejemplo, para combatir la gran cantidad de robos que sufrimos cada día?

Creer que una prohibición de este tipo va a resolver parte del problema de inseguridad es pecar de ingenuos o de cómodos. No hay que ser especialistas para entender que el gran avance de la delincuencia, el sicariato y otras epidemias criminales  se debe a un endeble sistema de defensa interna que sufre esencialmente la falta de presupuesto; desde la infraestructura pasando por los instrumentos hasta los sueldos de quienes deben encargarse de proteger a más de treinta millones de peruanos frente a tantas amenazas. Acciones de este tipo son consuelos temporales. El ministro debe proponer toda una reestructuración urgente al interior de su ministerio. Tarea titánica, es cierto, pero necesaria. La única que haría la diferencia y que nos traería, esperemos, la tranquilidad de la que hace tantos años carecemos. Ingenio e inteligencia versus la prohibición. O prohibición en base a ingenio e inteligencia, ahí está el verdadero reto y quizá los resultados que anhelamos todos los peruanos, señor ministro.