«La situación de las mujeres que viven en las zonas rurales es muy precaria”. Eso lo sabe de primera mano, Luz Aquima, presidenta de la Asociación Provincial de la Juventud de Caylloma. Ella señala que las mujeres que viven en los distritos de la provincia, en los anexos, son constantemente olvidadas. La indiferencia no solo es de las autoridades, sino de la sociedad.
Contó que hace dos días, el 6 de marzo, su agrupación realizó un evento sobre inclusión social y género en Chivay. Al terminar, se le acercó una mujer adulta y le dijo que venía del anexo de Tisco, en la zona alta de la provincia.
“Ella me pidió que realicemos un evento así en su pueblo. Ella quería que todas las mujeres de su zona conozcan sus derechos”, detalló
Por otro lado, Aquima explicó que para llegar al anexo de donde procedía la señora de Tisco sólo hay una movilidad. Esta, pasa una vez a la semana. Una dura realidad que se repite a nivel nacional, expresó.
LO QUE DEBERÍA CAMBIAR
Luz Aquima reconoce que existen políticas a favor de la mujer, por parte del Gobierno Central y de las autoridades locales. Sin embargo, falta sobre todo mejorar en los aspectos: social, político y económico.
“Necesitamos que las mujeres ocupen cargos importantes, donde puedan tomar decisiones y hacer respetar los derechos de las demás”, recalcó.
Del mismo modo, la presidenta de la Asociación Provincial de la Juventud manifestó que las mujeres deben generar sus propios recursos económicos. “Si no lo hacen, están a merced de la violencia”, apuntó.
LA SOLUCIÓN
Según Aquima, hay dos soluciones para frenar la violencia de género en la provincia. Una, es que la sociedad civil, las organizaciones, lleven a cabo eventos sobre inclusión y violencia de género para informar a las mujeres y así “promover la toma de conciencia”.
La otra solución, añadió, es que las mujeres ocupen cargos públicos de relevancia. De este modo, sostuvo, sucederá el cambio.