A qué vino el Papa

Columnas>Sobre el volcán

La percepción de un ciudadano de a pie que no tiene poder que lo defienda ni qué defender y que no está sometido ideológicamente a la Iglesia, es que este Papa tiene un estilo claramente diferente al de los anteriores… para hacer exactamente lo mismo que hacen todos los Papas: mantener el poder de la Iglesia romana a como dé lugar. Hace más de mil años que esta Iglesia enseña a hacer política y relaciones públicas a Occidente. Tiene Estado y sistema jurídico propio y poder ideológico sobre millones, ¿cómo sostener que no es una institución política? ¿una institución de poder? ¿El Papa argentino vino al Perú por pura bondad y desinteresadamente?

Cada quien puede pensar lo que quiera, pero vino con nuestra plata, ¿por qué no con la suya si tiene como cancha ya que es tan bondadoso?   Y si es tan bondadoso, santo e infalible ¿por qué no sanciona y acaba con la lacra sexual en su propia institución?  Solo ha nombrado a un obispo colombiano para que “intervenga las decisiones del Sodalicio” (que debería desaparecer) y controle la Caja.  Y lo hizo justo cuando iba a venir al Perú, cuna de esa secta delincuencial. ¡Oh! casualidad! ¿Y qué diantres significa “intervenir decisiones del Sodalicio”? Respuesta: proceder ni más ni menos como la mayoría de políticos: hacer creer que hace algo para evadir la cuestión de fondo. El Papa no va a castigar ni entregar a los pederastas.

¿Y qué ganamos con que la jerarquía eclesiástica intervenga en el sodalicio, si Figari y sus   congéneres siguen felices y radiantes?  ¿Por qué el Papa no quiso reunirse con las víctimas de los sodálites? Respuesta: por qué no vino a eso, ¿no está bien claro ya? Y no vino a eso porque no quiso. Y para que no le toquen el tema sus asesores de imagen salieron con lo de los interventores en el Sodalicio. Como señaló Pedro Salinas: “Pareciera más una maniobra de relaciones públicas y de imagen que una decisión en firme y crucial, como para transformar la institución o disolverla, porque esa es también facultad del emisario vaticano…”.

Es una institución de poder ideológico que se enmascara gracias al discurso religioso impuesto con violencia e internalizado en nuestra realidad social más de cuatro siglos. Discurso que no hace menos política a la institución eclesiástica.  Y países como el nuestro todavía actúan como en tiempos pre republicanos sometiéndose a su poder (como antes lo estuvimos políticamente del imperio español) siempre dependientes. La ilegítima justificación es el Concordato firmado por la dictadura de Morales Bermúdez con el Vaticano, que no vale jurídicamente porque solo un régimen democrático puede sancionarlo, y el inconstitucional y anti republicano artículo 50 de la Constitución que parece redactado por el Episcopado.

Como dice Mario Vargas LLosa, este Papa dice cosas muy buenas y lindas, cosas que todo el mundo quiere escuchar, pero ¿cumple? ¿aplica? Pregunta Vargas Llosa. No se oye Papa. No cumple una sola. La Iglesia sigue condenando igualmente el matrimonio homosexual, el divorcio, todo tipo de interrupción del embarazo y anti concepción, la eutanasia, discriminando a la mujer en el sacerdocio, etc. Pero lo peor es que sigue protegiendo y alcahueteando a los miles de pedófilos con sotana que permanecen impunes, sin siquiera considerar su sucia actitud como pecado venial, premiándola más bien con protección de lujo, que ellos llaman “retiro”. ¿Dónde y cómo vive en Roma, por ejemplo, el esperpéntico Figari, fundador del Sodalicio y cerebro de los pedófilos?

Ni éste ni otro Papa entregará a Figari y a la gentuza como él. Otorongo no come otorongo.  Pero si el abusador de menores fuera un pobre peruano semi analfabeto sin oficio ni beneficio, se tiene que podrir durante 20 años o más en la prisión. ¿Dónde está el cristianismo en esto? Hipocresía y demagogia nada más, afán de mantener el largo poder. La mentira como necesidad, la manipulación como medio esencial, el abuso ideológico y corporal como inevitable consecuencia.

Es tan potente este dominio eclesiástico que aun los pocos medios que podrían adoptar una actitud crítica en pro del ideal republicano de reconocimiento por todos del Estado constitucional de Derecho, tomaron exhorbitante partido por la curia romana y usaron un lenguaje puramente apologético con la llegada del Papa argentino.  Y el gran anuncio que trajo el Papa, según La República, es “la necesidad de combatir el cambio climático y la degradación ambiental”. Para eso vino al Perú. Asunto con el que trató de distraernos del real tema del que debería ocuparse el susodicho: ¿cuándo va a entregar a los sacerdotes que se dedican a abusar de jóvenes a los que someten sicológica y sexualmente?  ¿Hay algo más grave que esta lacra en una institución que se dice representante oficial de Dios mismo?  No se oye Papa.

La contaminación no está en manos del Papa, el nada puede hacer aparte de hablar, como sus estériles llamados a la paz. Pero sí puede, si quiere, dejar de encubrir y proteger la bazofia humana eclesiástica solo porque son de su misma institución.  Figari es una muestra entre miles. Y el pueblo católico guarda silencio. ¿Qué más tendrá que ver y aguantar este pueblo para despertar? ¿Cuántos siglos más sufriremos de Papitis? ¿Cuántos siglos más durará la adolescencia peruana? Tampoco se oye Papa.