Después de conocer Secocha, coincidirá que debería figurar en el diccionario como otro sinónimo para infierno. Un lugar donde la vida vale lo mismo que un puñado de desmonte minero, muy poco. En este lugar residen cerca de tres mil personas, algunas de ellas dedicadas a la minería informal; sin embargo, otras 20 mil transitan regularmente atraídos por el oro.
En este desorden de codicia e ilegalidad, los más afectados son los niños. Según el subprefecto de la zona, Jesús Canales, se estima que al menos 20 niños sobreviven con mercurio en la sangre. Secocha bien podría ser la hermana menor de La Rinconada, sinónimo de ambición y muerte informal. Si piensa que esto es una exageración, vea el siguiente reportaje elaborador por nuestro colaborador Elard Parillo y prepárese para una segunda parte.
