Todo parecía indicar que el paro de transportistas se desarrollaría de manera pacífica. Sin embargo, obreros del Sindicato de Trabajadores en Construcción Civil y agentes de la policía, protagonizaron un enfrentamiento en la avenida Ejército, entre los distritos de Cayma y Yanahuara.
Todo empezó cuando los trabajadores de Construcción Civil ingresaron a la avenida por el puente Grau. Durante su recorrido, presionaron a los conductores particulares para que acaten el paro. Lo hicieron de manera provocadora. Además, instaron a los trabajadores del Mall Plaza, como de dos farmacias, a que cierren los locales.
Todo esto, acompañado de “vivas” contra el Gobierno Central, contra el alza del combustible. También contra el presidente Martín Vizcarra y contra las empresas chilenas.
EL CONFLICTO
Tras exigir el cierre de la segunda farmacia, un grupo de manifestantes de Construcción Civil empezaron a tirar piedras y botellas al local. Acto seguido, la policía intervino.
De un momento a otro, tanto los obreros como los agentes, empezaron a pelearse en la avenida. La policía disparó bombas disuasivas y con las macanas golpearon a los manifestantes hasta que estos se dispersaron.
EL CONFLICTO LO GENERA EL PRESIDENTE
Minutos antes del enfrentamiento, Andrés Saya Alarcón, secretario general del sindicato, dijo que estaban acatando el paro desde las 8:30 horas.
Se mostró a favor de la protesta contra el incremento de la gasolina y señaló que, la culpa de “este embrollo” la tiene el presidente de la República, Martín Vizcarra, por subir el impuesto.
“Lo que pedimos nosotros es que no suban el impuesto del combustible. Además, creemos que el Gobierno Central está actuando de mala manera al permitir esto”, apuntó.
Asimismo, mencionó que el mundial de fútbol Rusia 2018 y el caso Paolo Guerrero es utilizado, por el Gobierno Central, como una cortina de humo, para llevar a cabo cambios “solapados” como suba de impuestos y corrupción.
HORAS SERENAS
Varios minutos antes del conflicto entre los trabajadores de Construcción Civil y la policía, la avenida Ejército, como todas las avenidas y calles de la ciudad, estaba desierta. No se observaban vehículos de transporte público y escasos autos particulares transitaban por la vía.
Lo que más se apreciaba eran transeúntes caminando tranquilos por las veredas y algunas personas, en bicicleta. Alguno se mostró a favor del paro, no sólo por el aumento del impuesto, sino por la tranquilidad de una mañana sin ruido y sin contaminación.
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