Luego de conocerse los resultados que lo colocan en la segunda vuelta de la elección del próximo gobernador regional, Elmer Cáceres Llica desapareció del mapa.
Reacio a las entrevistas, está convencido que es más importante priorizar su bolsón electoral en el interior de la región. Luego de 6 días, se manifestó en su cuenta de Facebook, uno de sus aliados en la campaña política donde pelea, voto a voto, la elección:

El candidato y su familia en Chivay (capital de Caylloma).
Estos días fueron únicos y felices, de poder compartir con mis padres, mi padre Julián Cáceres, mi mamita Rosa Llica, junto a mi esposa Jenniffer mi fortaleza, mi amada hijita Sumaq’rosita, familiares y paisanos de mi tierra que me vio nacer Chivay.
Por mi quedarme más dias, pero tengo muchas responsabilidades y misiones que cumplir que Dios, nuestra Pachamama y los pueblos de Arequipa me han encomendado.
EL PEQUEÑO REVOLTOSO
Su rebelión empezó en el colegio y desde entonces, continúa. Consiguió sacar al director de su escuela, logró ser alcalde provincial de Caylloma dos veces, pero todavía no consigue ser gobernador regional. Esta es su tercera pelea por el cargo.
“Siempre me elegían presidente del aula”, dice. Tiene la mirada tranquila y escurridiza, podría parecer tímido. A finales de 1980 era adolescente y los profesores del colegio Francisco García Calderón, en Chivay, asistían dos veces por semana a clases. Entonces, convocó a todos los alumnos para realizar una protesta. La rebelión duró tres días y ocasionó su expulsión momentánea del plantel; no obstante, fue también su primera victoria. Consiguió que el director y los docentes sean reemplazados y que estas malas prácticas no se repitan en el colegio.

Elmer Cáceres en su local partidario de la ciudad de Arequipa.
Esta experiencia lo marcó. Desde entonces, se involucró en política. Elmer Cáceres Llica nació el 13 de mayo de 1973 en Chivay. Estudió allí y vino a Arequipa, en condiciones de mucha pobreza para estudiar Arquitectura en la Universidad Nacional de San Agustín, donde participó constantemente en movimientos estudiantiles. También estudió una maestría en Gestión Social y Desarrollo Sostenible. Luego viajaría por otros países, pero “su sentimiento andino, su sentimiento quechua”, lo traería de regreso. “Ya había sentido el llamado del pueblo. Ellos me ven como un líder”, apunta.
LOS INICIOS
Suele mencionar a la Pachamama. Para él, lo andino va más allá de la geografía. Está en la religión (acepta ser católico) y en las costumbres y tradiciones de los antepasados. Contó que el 2005, acompañado de cinco amigos y siete llamas, partió de Chivay. Había dejado la alcaldía provincial de Caylloma por primera vez y se lanzaba a la presidencia regional. Con ellos, recorrió a pie toda Arequipa. El viaje duró tres meses y aún hoy, lo recuerda como la mejor experiencia de su vida: “en las noches dormíamos a la intemperie y mirábamos las estrellas”.
El transcurrir del tiempo lo haría más conocido en la ciudad blanca. Contribuyeron varios factores, no todos motivo de orgullo. Escenificó un Harlem Shake en plena sesión de Concejo en Caylloma. Otras danzas menos inocentes hablan de malos manejos en la municipalidad y la poderosa Autocolca que tiene al alcalde de Caylloma como presidente de directorio. No obstante, las denuncias no se han concretado en procesos.
Lo que desdibujó su imagen de manera indeleble, fue un fuerte escándalo casi en vísperas de la elección en la que realizó su segundo intento de llegar al sillón regional. Tuvo como protagonista a una desconocida joven: Yaritza Huillcahuamán Guillén. Ella lo acusó de abuso sexual. Después se retractó y dijo que fue obligada por terceros a colocar la denuncia. Sin embargo, esto marcó para siempre a Elmer ante la opinión pública.
Otro hecho que sus enemigos políticos siguen recordando ocurrió una madrugada. Agentes de Seguridad Ciudadana lo sorprendieron consumiendo alcohol en la calle San Francisco. Al pedirle que se retire, quien ya había sido dos veces alcalde provincial de Caylloma, balbuceante, insultó varias veces a Alfredo Zegarra. Años después, el candidato andino asegura que no está arrepentido. “Le volvería a decir que es un corrupto”, disparó.
Según cuenta, tiene varias razones para denostar de Zegarra. Cuando Cáceres era presidente del directorio de Sedapar y se evaluó la ejecución de la planta de tratamiento de aguas residuales “La Enlozada”, se reunió con el alcalde Zegarra y le dijo “este proyecto debe financiarlo la minera Cerro Verde”. Entonces, el alcalde le dio la razón y le dijo “te apoyaré”. Sin embargo, asegura, Zegarra habría hecho un trato por debajo de la mesa con la minera. “Tuve que renunciar”, se lamenta. La obra sería cofinanciada por el Estado y la empresa. “También pedía que se le cobre a Cerro Verde el agua que utilizaría de esta planta”, añadió.
SUS BODAS
Más adelante, Elmer Cáceres convocó a los medios de comunicación y a sus partidarios para que asistan a su boda. Este primer matrimonio, fue con el agua. Explicó que quería simbolizar su compromiso con este recurso natural, sagrado en el mundo andino, igual que la madre tierra. Luego se casaría realmente con la reina de belleza Jennifer Neira, poniendo fin así a su historia de relaciones sentimentales con mujeres hermosas.

Elmer Cáceres en su primera boda con el agua.
Hoy postula por tercera vez al Gobierno Regional. La primera vez fue en el 2006 y la segunda en el 2014. Esta vez, pasó a la segunda vuelta con Javier Ísmodes y está más cerca.
Cáceres Llica cuenta cada paso de su vida y asegura que, esta vez, se presenta como un candidato lúcido. “Estoy casado y tengo una maravillosa hija. Ahora soy una persona que, golpes aparte, ha madurado”, finaliza.
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