El pasado fin de semana, un medio de prensa local publicó unos audios que revelarían cómo el ex alcalde provincial, Alfredo Zegarra Tejada, negociaba las rutas del Sistema Integrado de Transportes de Arequipa. Hace dos días, el Poder Judicial dictó nueve meses de impedimento de salida del país para el ex burgomaestre, como parte del proceso que se le sigue por tráfico de terrenos, en el caso de la banda “Los malditos de Chumbivilcas”. Es decir, dos temas muy sensibles para la ciudad, en los cuales Zegarra habría actuado al margen de la ley, ingresan a etapas críticas.

Estos temas – tráfico de terrenos y transporte urbano-, constituyen grandes escollos para el desarrollo de la ciudad y, todo parece indicar que una de las razones sería el manejo irregular que ha existido por parte de las autoridades encargadas de su ordenamiento. En otras palabras, la corrupción, nuevamente, se convierte en la causa de nuestros problemas cotidianos: el desorden urbano y el caos vial. Ante esta situación, podría suceder algo aún peor: el continuismo y la impunidad, lo cual se presenta como el escenario más probable, pues el sucesor de Zegarra en la alcaldía es alguien de su mismo partido.
Si no se sanciona a los responsables de estas irregularidades y estas malas prácticas continúan será responsabilidad del próximo alcalde, Omar Candia, quien, como ya sabemos, comenzará su gestión con un bajo respaldo electoral. Esta condición, esperamos, aliente un deseo de hacer mejor las cosas y no, de empeorarlas.