Conforme iba leyendo su decisión, en un acto que duró 8 horas, se preveía el sentido de su orden. El juez Richard Concepción Carhuancho, titular del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional, aceptó el pedido del fiscal José Domingo Pérez. Si una segunda instancia no modifica esta decisión, Keiko Fujimori pasará los próximos 36 meses en una cárcel de Lima.

La medida vencerá el 31 de octubre de 2021. Apenas leído el fallo, las reacciones de sus partidarios no se hicieron esperar. Tanto los abogados, como los congresistas de su partido, acusan una persecución política y califican a juez y fiscal, de parcializados. Un grupo de simpatizantes estuvo arengando en las afueras del juzgado por varias horas, protagonizando roces con otros ciudadanos.
La resolución del caso de Kaiko Fujimori fue una sorpresa para todos, pues esperaban que se trataría el caso de otros 6 imputados, cuyas defensas técnicas se aprestaban a intervenir. Richard Concepción Carhuancho, al iniciar la audiencia anunció que resolvería sobre el caso concreto de Fujimori, dejando el resto para una nueva audiencia el día lunes.
A Keiko Fujimori se le imputa ser la líder de una presunta organización criminal insertada dentro del partido Fuerza Popular. Su propósito, según el juez, era obtener el poder político y, desde cargos importantes, cometer diversos delitos.
Argumentos del juez
De acuerdo a los requisitos que pide la prisión preventiva, el juez Richard Concepción Carhuancho señaló que existen graves elementos de convicción del delito que se le imputa. El argumento en este punto son los numerosos testimonios sobre el lavado del dinero obtenido para la campaña política del año 2011.

Sobre otro elemento de la prisión preventiva, como es la prognosis de la pena, también se cumpliría. El magistrado señaló que Keiko Fujimori podría recibir entre 10 y 13 años de prisión, lo cual superaría los 4 años que establece como requisito mínimo.
En cuanto a los arraigos, el magistrado señaló que la lideresa naranja sí cuenta con arraigo domiciliario, laboral y domiciliario. Sin embargo, eso no evitaría que ella eventualmente deje el país mientras continúan las investigaciones. Citó como ejemplos de esa posibilidad los casos de Eduardo Calmet, Ernesto Shutz y otros que en esa condición fugaron en el pasado.
Pero el elemento principal fue la posibilidad de que Fujimori obstaculice la investigación si permanece en libertad. Valoró el hecho que varios testigos protegidos señalaron haber recibido amenazas contra su vida. También que la organización paralela actuaba al margen del partido oficial.
Nadie más tomó la palabra. Todos debían escuchar.

Finalmente valoró las acciones ejecutadas por otros miembros del partido. Aquí entran los chats de «La Botica», en los que se puede ver que se trata de una organización vertical. Asimismo que buscan controlar instituciones como el Poder Judicial, el Ministerio Público y el propio Congreso, con fines particulares y al servicio de la organización delictiva.
REACCIONES
Keiko Fujimori permaneció impasible durante las 8 horas de lectura de la resolución. Un gesto de desagrado, apenas perceptible en el arqueo de los labios fue su reacción al oir la parte medular de la resolución. Sin quebrarse, caminó decidida hacia el interior de la sala, rodeada de policías encargados de custodiarla. A la evidente confusión de su esposo, Mark Vito, quien la abrazaba, solo asintió con la cabeza y no habló con nadie más.

Los abogados de la defensa, Giuliana Loza y Luis Abanto, reaccionaron inmediatamente, descalificando la decisión del juez. Manifestaron que la decisión ya estaba tomada previamente y no se ha culminado con el procedimiento adelantando el caso de Keiko.
Asimismo, congresistas miembros de Fuerza Popular emitieron un pronunciamiento en el mismo sentido. Señalan que juez y fiscal actúan políticamente. Luz Salgado, entre otros, señalan que es una venganza política.
Otro aliado apareció en redes. Se trata del expresidente Alan García, quien señaló que el fiscal Pérez había politizado el tema. Arremetió contra el gobierno de Vizcarra preguntándose si se venía un golpe de estado, luego de politizar la justicia y encarcelar a Keiko. Finalmente, aludió al tema Chinchero como la supuesta motivación de este juicio contra dirigentes de Fuerza Popular. También defendió al fiscal de la Nación, Pedro Chávarry.
Desde el punto de vista familiar, el más afectado fue su esposo, Mark Vito, quien expresó su desazón. A la salida de la audiencia, con lágrimas, reiteró su apoyo a Keiko y opinó que la decisión era injusta.
TRASLADO A PENAL
Tras haber pernoctado en la carceleta del Palacio de Justicia, por decisión del INPE fue trasladada la mañana de este jueves. Con una sonrisa en el rostro, saludó a sus simpatizantes que arengaban a su salida.

Durante el día, abogados y simpatizantes han insistido en los medios que se trata de una presa política. La historia aún está en sus inicios.