Los efectivos policiales y sus mandos, trataron con guantes de seda al exdirector general de esta institución, Raúl Becerra Velarde.
Acusado junto a un veintena de personas de integrar una banda dedicada al tráfico de bebés, tuvo privilegios notorios.
En principio, no fue esposado, ni se le colocó el chaleco que lo señala como detenido. En el colmo del descaro, lo dejaron dormir en casa en lugar de pernoctar en un celda, como los demás.
¿No comprende la policía que son ellos quienes tienen que dar el ejemplo, en lugar de mostrarse abiertamente en contra de las normas, cuando de uno de ellos se trata?
Esperamos investigación y sanción por estos hechos.