¿Por qué ganó Elmer Cáceres Llica en Arequipa?

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La respuesta puede parecer una perogrullada. Y siendo tan simple como es, hay quienes se niegan a entenderlo: ganó porque más de 350 mil arequipeños, de un universo de 800 mil [1], votaron a su favor.

El “tipo” [2]que será el nuevo gobernador regional obtuvo cien mil votos más que su contendor, una cantidad mayor al 100% de la población que sufragó en los distritos de ASA, Cayma, Yanahuara, Miraflores, Bustamante y Rivero y Sachaca; todos juntos.

No estuvo entre esta población citadina su principal votante, aunque en todos estos distritos obtuvo un promedio de 30%, con excepción de Miraflores. Entonces ¿quiénes votaron por él? Mayoritariamente, Caylloma, Castilla, Camaná, La Unión, Condesuyos y los demás distritos de la provincia capital.

Auquénido, es como lo denominan en las redes sociales

¿Por qué votaron por él? ¿Son sus votantes “pura llama” como dicen las redes?, ¿son violadores en potencia, misóginos o, por lo menos, tolerantes con la violencia sexual hacia las mujeres? Seguramente hay muchos así, nuestra sociedad estaba enferma antes de este proceso electoral; pero claramente no lo son los 352 mil 415 votantes.

Aún así, ¿se pudo impedir su victoria, que indigna a muchos ciudadanos y colectivos feministas, dada la gravedad de las acusaciones que pesan sobre él? Difícilmente, pues sus votos suman el 40% de la votación emitida, lo cual desecha la posibilidad de la anulación.

¿Y si los “descerebrados, imbéciles, enfermos y brutos” [3] que viciaron su voto, seguían la consigna de la campaña anti-llica que hervía en las redes sociales en días previos, hubieran entrado en razón, apoyando al candidato rival? Técnicamente era posible. Entre los votos de Ísmodes, los votos blancos y nulos, suman el 60%. Empatar a Cáceres, sin embargo, habría supuesto lograr que 100 mil ciudadanos varíen su voto y lo trasladen, del nulo al “foquito”, símbolo de Arequipa Transformación.

¿Por qué esta tarea era un imposible práctico, a pesar de tener un poderoso argumento a favor, como era el impedir la desgracia de tener un violador como presidente regional?

De un universo de razones que han contribuido en diversa medida al resultado, nombro las que, en mi opinión, son las principales: centralismo, racismo, clasismo y machismo.

El centralismo limeño atrajo a la mayoría de las clases altas y medias arequipeñas que dejaron la ciudad a finales del siglo XX, generando una recomposición social. A su vez, el centralismo arequipeño atrajo la migración de las provincias andinas arequipeñas y de otras regiones. Pero en lugar de generarse una simbiosis beneficiosa como en anteriores procesos migratorios, se ha exacerbado un falso espíritu arequipeñista que rechaza la migración y ha creado una fractura social y el resentimiento de grandes sectores poblacionales hacia una pequeña élite con afanes y añoranzas aristocráticas. Esa fractura impide el surgimiento de nuevos líderes y fomenta el populismo y la demagogia, en ambos lados.

Racismo, presente en cada acto simbólico como las fiestas, elecciones, lugares públicos y, claro, las redes sociales. Es un lugar común los llamados a cerrar fronteras para evitar la migración de los “indios” hacia la ciudad blanca. Los insultos al candidato Cáceres, más que por sus supuestos delitos, insultan también a un sector de la población citadina y al 80% de la población de “provincias”. Aunque Cáceres Llica no es puneño, el grupo migrante que más rechazo genera, es igualmente vilipendiado por su condición andina, sus ritos ancestrales y hasta su baile de campaña, el wititi que, solo en reuniones de salón, es exaltado por su título de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Clasismo, promovido por un grupo empresarial nucleado alrededor de la Cámara de Comercio, en alianza de hecho con el Arzobispado y grupos religiosos como el Sodalicio, propietario de la Universidad San Pablo que ejercen un poder de facto. Es pública su alianza con las grandes compañías mineras y su intervención en las campañas políticas, a lo Confiep, tratando de impedir el paso de los “antisistema”. El candidato Ísmodes es percibido como aliado de esos poderes a los que estuvo vinculado. El conflicto social por el proyecto minero Tía María y el descontento popular con los privilegios que obtiene la gigante Cerro Verde, negociando directamente con Lima, ha generado la esperanza de un liderazgo popular reivindicativo, de lo que se percibe como abuso del poder económico transnacional.

Machismo, que relativiza las denuncias de violación sexual o las entiende, culturalmente, como faltas menos graves que los delitos patrimoniales de los que se acusa a Ísmodes. En la cultura quechua, las peores faltas se resumen en el Ama Sua, Ama Quella y Ama Llula, pecados todos atribuidos al candidato rival. Pero además, hubo un factor adicional provocado,con efecto boomerang, por ciertos colectivos o “influencers” feministas, cuyo actuar irreflexivo fue contraproducente a sus fines, en los sectores medios que prefirieron el voto nulo, como acto principista de protesta y preferible a apoyar a ciegas a un supuesto “mal menor”, representado por Ísmodes. A pesar de haber promovido un “voto de conciencia” para no apoyar corruptos en la primera vuelta, se mostraron dispuestas a pasar por alto los cuestionamientos hacia el otro candidato, permitieron que su campaña se infiltre de racistas e intolerantes, de mentiras y de propagandistas encubiertos del otro candidato. Sin capacidad de elevar su propio discurso, cayeron en la soberbia de creer que sus llamados destemplados y agresivos, podrían modificar el panorama, por lo demás, previsible hace meses.

Como resultado, ha perdido la región, más polarizada que nunca y con un futuro sombrío; han perdido las denunciantes de Cáceres Llica, cuyas alegaciones orquestadas en medios de comunicación limeños, faltando 5, 4 y 3 días para la elección, les restaron credibilidad. Ha perdido Ísmodes, presunto financista de una campaña de guerra sucia; y ha perdido el colectivo Ni Una Menos, hoy percibido como selectivo en su activismo.

La verdad es que hemos perdido todos, incluyendo el supuesto ganador.

Continuará…


[1] Ver cifras aquí: https://resultados.onpe.gob.pe/EleccionesRegionales/ReGobVic/040000

[2] Así lo denominó un pronunciamiento público del colectivo “Ni Una Menos” en Arequipa. Ver informe del diario La República, aquí: https://larepublica.pe/sociedad/1373357-arequipa-colectivo-pronuncia-triunfo-elmer-caceres-llica

[3]  Términos recurrentes en las redes sociales de los activistas de la campaña, quienes realizaron videos y diversos llamamientos para impedir la victoria de Cáceres Llica. Algunos de los comentaristas expresaron su oposición con tintes, más bien racistas, llamando “indio de mierda” al candidato.