Crónica de un desastre

La Revista

«En lugar de poner excusas y estar quejándose, deberían actuar”, respondió el ministro de Transportes, Edmer  Trujillo, a los alcaldes y funcionarios del Gobierno Regional de Moquegua, cuando le pidieron más recursos. De  esta manera cortó en seco las pretensiones de transferencias para atender la emergencia suscitada tras los  huaicos que azotaron el sur del país. Advirtió que no se emprenderá ninguna acción para la reconstrucción  hasta que pasen las lluvias, y ahora el foco es atender la emergencia.

Pero esta letanía no es nueva. Como no lo son los cuadros de devastación en un país accidentado que, caprichosamente, se sigue asentando sobre los cauces que se activan de manera cada vez más impredecible, por  el cambio climático.

Otro agravante a las emergencias, la falta de planificación se puso también de manifestó, esta vez en Arequipa,  cuando el ministro de Agricultura Gustavo Mostajo debió reprender a las autoridades porque no fueron capaces  de darle un diagnóstico claro sobre los daños. Ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo sobre el  número de fallecidos. La amenaza no ha cesado. Las lluvias seguirán presentándose con intensidad y según el último reporte…

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