“No es un tema político, es un tema técnico”. Ese fue el mantra que repitió el gobernador regional de Arequipa para justificar el aplazamiento, por dos meses, de su decisión respecto a la Adenda 13 de Majes Siguas II. Posición que Elmer Cáceres Llica adelantó, y es favorable al cambio tecnológico:
“Si estoy de acuerdo con los cambios tecnológicos, pero acompañado de una fiscalización exhaustiva”.
La Adenda 13, ahora rebautizada como “Mejoramiento tecnológico del sistema de riego Majes Siguas II”, tendrá que esperar hasta finales de mayo. Para su cristalización, el Gobierno Regional de Arequipa (GRA) deberá sortear varias complicaciones. Se trata del saneamiento de los terrenos de Pusa Pusa o el cierre financiero. Pero el que se prevé como el más duro implica al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Sucede que el gobernador mantiene su postura de no entregar “ni un sol más” para el proyecto. Por el contrario, puso como ejemplo proyectos similares en el norte, donde el gobierno central financió proyectos de irrigaciones. Un escenario poco probable, en vista de la reiterada negativa de Carlos Oliva, titular del MEF:
“No hay recursos que se deban inyectar. El proyecto se puede sostener con los cambios que se están haciendo”.
La dificultad de las negociaciones es conocida por la autoridad regional. En su discurso pidió el respaldo de la bancada arequipeña para interceder ante Economía y Finanzas. Reconoció que sin la opinión favorable del ministerio todo lo negociado caería en saco roto.
Posición tibia
El futuro del proyecto sigue incierto. Tras las exposiciones en Cerro Juli, fue evidente que no hay ideas claras para solucionar el problema del financiamiento. Unos 110 millones de dólares que la empresa aceptó prestar, para cobrarlos del Estado en cinco años.
El gobernador negó que el dinero sea deducido de la venta de las parcelas. Del mismo modo, enfatizó que la concesionaria Cobra solo administra el agua de la irrigación, más no los terrenos.
Concluido el evento, representantes de la empresa española prefirieron guardar silencio. Santiago Hernández abandono las instalaciones de Cerro Juli diciendo que no había nada que declarar.
Bancada de Arequipa, dispersa
Entre los congresistas tampoco existe consenso en torno a Majes Siguas II. Por una parte, Horacio Zeballos y Justiniano Apaza se mostraron en contra de la firma de la adenda. Asimismo, que continúen con la propuesta de parcelas de entre 5 a 20 hectáreas para pequeños agricultores.
En el polo opuesto se colocaron Sergio Dávila y Miguel Román. Ambos consideraron viable el cambio tecnológico y defendieron el carácter agroindustrial exportador de la irrigación.
La mesa técnica dejó en claro que para Majes Siguas II aún hay más dudas que certezas. Al parecer, el titubeo alrededor del proyecto seguirá hasta el 31 de mayo.
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