Los resultados del Censo 2017 pasaron desapercibidos para un buen número de peruanos/as dada la tardanza con la que fueron publicados. Las respuestas de las millones de peruanas, en femenino, fueron positivas y denotaron avances en algunos temas; pero también fueron desalentadoras en muchos tópicos, como alfabetización y escolaridad. Así demostraron que aún hay un largo camino por recorrer.
Los censos han existido en el país desde la época colonial. Recolectar información básica sobre la población que habita nuestro territorio nos permite descubrir algunas buenas noticias y, al mismo tiempo, cifras que no generan optimismo respecto a algunos de nuestros mayores problemas.
El Perfil Sociodemográfico del Perú elaborado por el INEI, a partir de los resultados de los Censos Nacionales XII de Población, VII de Vivienda y III de Comunidades Indígenas en Perú, realizados en el 2017, son un cúmulo de tablas de frecuencia sin sentido hasta que se las compara con las del 2007 o 1993, 10 o 26 años atrás. Hacer la comparación y hallar aquello en lo que se ha avanzado, retrocedido o permanecido igual, es lo que en verdad hace valiosa esta información y digna de ser divulgada con el mayor alcance posible.
Algunas de las desigualdades que aún subsisten en contra las mujeres, han quedado registradas en las cifras del censo del 2017. En esta infografía se ha hecho un recorrido de qué es lo que reveló esta recopilación de datos sobre las peruanas y su calidad de vida.
A decir verdad, se ha mejorado algunos aspectos negativos, pero otros se mantienen latentes o inclusive, empeoran. Hablar de retrocesos sociales en plena era de la información, con campañas de sensibilización y educación sobre igualdad, es insólito. Significa que algo no se está haciendo bien, que no es suficiente, o ambos.
Trabajar por la equidad es tarea del Estado y de cada uno/a de los/as peruanos/as. Aquí faltaron las estadísticas de feminicidios, violencia familiar, y otras que el Censo no recoge, pero que todos tenemos presentes.
Las cifras del censo
Los números son fríos y vacuos. Pero detrás de ellos hay miles de historias de mujeres con impedimentos para desarrollarse que, simplemente, ya no deberían existir. Esperemos que el próximo censo sea significativamente mejor para el género.
En principio, analizamos el número de mujeres, que existe en el país y su proporción respecto a la población masculina. En el Perú hay más mujeres que hombres y la tendencia se mantiene desde el anterior censo.
En cuanto a la salud, las mujeres vivimos una situación precaria. Más del 23% de la población femenina no goza de ningún seguro. Además, un millón 739 mil mujeres tienen alguna forma de discapacidad.
En el área educativa es donde mayor desigualdad se manifiesta, a pesar de la constante mejora en su desempeño. El 74,5% de la población analfabeta está constituida por mujeres. A la hora de educar, los padres parecen preferir a los varones. Paradójicamente, actualmente hay más mujeres que hombres en las universidades del Perú.
En cuanto a la maternidad, sigue siendo un área donde los hombres participan poco. El número de madres solteras se ha incrementado, mientras el promedio de bebés por mujer ha disminuido respecto al censo anterior.
Y respecto a la lengua, etnia y religión, esta es la situación de las mujeres, según el censo poblacional de 2017.
Así, hace falta mayores esfuerzos por garantizar los derechos de la mujeres. Y reducir la desigualdad en general, para forjar una sociedad sana y solidaria.