Una vez más, el Congreso de la República y la mayoría que forman los fujimoristas y sus aliados, hicieron honor a su desprestigio. Su afición por blindar a toda laya de delincuentes es de antología. Yesenia Ponce, no será acusada en el propio Congreso, por haber inventado estudios que nunca hizo. Ursula Letona no será investigada ni sancionada, por concertar un proyecto de ley; y Chávarry, siempre Chávarry, no será acusado de encubrimiento real por ordenar el deslacrado de una oficina, en la misma fiscalía, inmovilizada por José Domingo Pérez.

La congresista Yesenia Ponce, cuyas mentiras ya son objeto frecuente de bromas, por obvias, ha sido protegida por más de dos años por sus colegas. Aunque le han levantado la inmunidad, el parlamento ha dejado clara su tolerancia con las mentiras de la congresista. Con esa inclinación por la deshonestidad y la vileza.
En varias ocasiones, esto ocurre con la calculada ausencia de Víctor Andrés García Belaunde, (Vitocho). Pese a que el propio profesor a quien señaló como su tutor, ha presentado la denuncia contra Ponce, señalando que nunca le enseñó nada, el Congreso prefirió -una vez más- darle la espalda a la verdad, a la ética y a la vergüenza.
No se quejen luego de que la imagen del Congreso anda ya por el subsuelo.
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