La ciudad de Arequipa se presentó oficialmente a la convocatoria de participación de la UNESCO para la nominación de Ciudad Creativa en la categoría de gastronomía. Su finalidad es fomentar la cooperación internacional entre las ciudades que han identificado la creatividad y las industrias culturales como un acto estratégico para el desarrollo humano sostenible.
El alcalde Omar Candia, señaló que están comprometidos en hacer de Arequipa una ciudad atractiva. Por eso, desde la municipalidad tomarán la oportunidad para que la ciudad blanca tenga el título de ciudad creativa en gastronomía. Ya que la cocina arequipeña es un intangible que guarda un conjunto de experiencias y tradiciones a lo largo de las generaciones, señaló.
“Estamos convencidos de que Arequipa va a ser la primera ciudad (del país) reconocida por la UNESCO como ciudad creativa”
Omar Candia, alcalde provincial
Luis Alberto Salazar, representante de la UNESCO en Arequipa, señaló que para noviembre se sabrán los resultados. Además, señaló que la nominación conlleva la articulación con otras ciudades gastronómicas, que les den posibilidades de pasantías y viajes a actores de este espacio.
También señaló que en caso se le dé el título a la ciudad, implica una enorme responsabilidad ya que debe defender el título. Cada cierto tiempo una delegación de la UNESCO vendría a revisar que se estén cumpliendo con los compromisos que se tomaron en el plan de presentación. Actualmente, son 180 ciudades en el mundo con esta denominación, entre las que destacan la comida mexicana, francesa y mediterránea.
Argumentos
Arequipa tiene más de 3,500 años de historia alimentaria. Su campiña fue compartida por grupos étnicos que producían e intercambiaban variedad de productos agropecuarios. El maíz fue el cultivo principal, con él se elabora la chicha, bebida tradicional de la cocina tradicional arequipeña, luego surgieron las Chicherías, donde se vendía chicha en vasos acompañada con piqueos. Siglos después se convertirían en las reconocidas Picanterías, espacios sociales donde se reproduce la culinaria tradicional transmitida en generaciones; donde se confunden las clases sociales; donde comían juntos en una misma mesa el hombre del campo y de la ciudad; y luego todos bebían chicha compartiendo un mismo vaso.
La Picantería hoy se ha convertido en una institución social que ha resistido las modas culinarias conservando la sazón como herencia cultural mestiza entre la cocina andina y europea. En todo su proceso ha demostrado ser ejemplo de emprendimiento y creatividad para el progreso familiar y de la ciudad, fomentando el desarrollo de agricultores, ganaderos, pescadores y artesanos.
La lucha contra la desnutrición, aplicando el patrón gastronómico tradicional. El desarrollo de la infraestructura gastronómica de la ciudad, y de economías creativas gastronómicas, fomentando el empleo productivo. La visibilización de las poblaciones migrantes y sus costumbres gastronómicas en una ciudad pluricultural dinámica, generadora de productos gastronómicos. Todo ello nos posicionará como destino turístico a nivel mundial.
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