La compañía minera Zafranal espera culminar este año su Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y tramitar su certificado ambiental ante el Senace. En medio de ese trabajo, la empresa ha dedicado sus esfuerzos a dar a conocer los alcances del proyecto a la comunidad. Lo que buscan, señalaron los directivos, es socializar el proyecto y no repetir un conflicto como el de Tía María.
Con la presencia del gerente de Comunicaciones, Hugo Martínez; el gerente de Operaciones y Campo, Julio Villanueva y líder de Medio Ambiente y Comunicaciones, Emilio Valente, varios medios de comunicación participamos de la visita a la zona del proyecto.
¿Dónde se ubica Zafranal?
Este proyecto estaría alojado en una zona desértica, entre cerros despoblados, en los territorios de Huancarqui (Castilla) y Lluta (Caylloma). Geográficamente se ubica en la parte intermedia de la cuenca de Camaná –Majes–Colca. Aguas más abajo se encuentra la irrigación Majes y Pampa Baja.
La mina será operada por la compañía minera Zafranal, cuyos accionistas son la canadiense Teck Resources (80%) y la japonesa Mitsubishi Materials Corporation (20%). La empresa pretende extraer cobre de dos tajos: Zafranal y Victoria.
¿Qué tipo de mina será Zafranal?
Será una mina a tajo abierto. Cuando se iniciaron los trabajos de exploración en el 2004 se descubrió que los cerros de Zafranal tenían almacenados mayormente sulfuros de cobre. La empresa señaló también que han encontrado presencia de oro, pero en pequeñas cantidades que va en un rango de 2 a 3 gramos por tonelada de concentrado.
Asimismo, debido a este tipo de mineral, sería una mina de concentrados de cobre que no requerirá de un proceso de lixiviación. Para su extracción utilizarán una chancadora para triturar el mineral, que luego será transportado por un túnel con una faja de 3 kilómetros hasta la planta concentradora. Para retirar el cobre de la piedra utilizarán dos reactivos químicos: tionocarbamato (un compuesto derivado del alcohol) y un espumante metilisobutilcarbinol, además de cal. El producto final obtenido será un concentrado tipo tierra oscura con 30 a 35% de cobre, explicaron los técnicos.
¿De dónde sacará agua el proyecto?
La empresa ha asegurado que el agua para sus operaciones provendrá de las filtraciones de la irrigación Majes. En este lugar se ha formado una laguna de agua subterránea que ha provocado el derrumbe de tierra muy cerca a la Panamericana Sur.
De acuerdo a los estudios hidrobiológicos de la mina, existe 1.5 billones de metros cúbicos de agua salada en el subsuelo que no es utilizado. La empresa minera pretende succionar el 10% de esa agua, equivalente a 500 litros por segundo, durante los 19 años que dure sus operaciones.
Para ello, Zafranal perforará y construirá un campo de 15 pozos subterráneos para trasladar el agua por tuberías de acero de 24 pulgadas. La línea de conducción recorrerá la zona desértica sin pasar por ningún poblado, aseguraron.
Otra fuente de agua proviene del mismo proyecto. La mina recolectará el agua sobrenadante que está en el depósito de relaves. Se instalará espesadores para captar el líquido de la planta y de la relavera. A través de este proceso podrán obtener 270 litros por segundo.
¿Cuáles serán los principales impactos ambientales?
Debido a que la mina se instalará sobre los cerros, se harán voladuras de tierra para crear los tajos a cielo abierto. Esto levantará nubes de polvo en la zona. Según ha precisado la minera, se colocarán sellantes en los caminos de acceso para controlar estos polvos. También utilizarán camiones gigantes cargados de agua para humedecer los caminos internos del proyecto.
La empresa indicó que la zona del proyecto se ubica sobre el predio de Autodema. Para ello, Zafranal firmó un contrato de usufructo desde el inicio de sus estudios y concluyen en noviembre del 2020. De acuerdo a la necesidad y avance de su proyecto, tienen previsto ampliar el contrato o firmar uno nuevo, indicaron.
<«Hemos terminado los estudios de factibilidad y estamos terminando el estudio de impacto ambiental para presentarlo el próximo año. Estamos en la etapa de estudios, aún no se ha comenzado la ingeniería de detalle», señaló Martínez .
Según ha calculado la minera, de conseguir la certificación ambiental, iniciarían los trabajos de construcción para el 2021; y para el 2025 estarían empezando a operar.
El desarrollo del proyecto genera preocupación para un sector de la población. Temen que las voladuras que se generen levanten gran cantidad de polvo que puede afectar a la población. Asimismo, que la actividad pueda perjudicar a la irrigación de Majes debido a que la zona de los relaves se encuentra sobre ojos de agua que pueden contaminarse por las filtraciones. No obstante, un sector de la población está a la expectativa de que la empresa pueda demostrar si es técnicamente viable y la mina ha dicho está dispuesta a absolver las consultas a través de talleres y visitas guiadas.