Latinoamérica se agita

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Chile era considerada como una de las economías más desarrolladas de Latinoamérica. Sin embargo, una explosión social lo sacude hace varios días.

Aunque no era novedad lo duro que era vivir en este país, sobre todo en la capital: Santiago. La educación es inaccesible para los sectores más pobres, solo el 25 % del sistema educativo es financiado por el Estado, mientras que los estudiantes aportan el otro 75%.

La economía liberal de Chile se impuso durante el gobierno de Pinochet. No obstante las críticas, llevó al país a las grandes ligas en materia económica. Su clase empresarial es muy exitosa y sus operaciones traspasaron largamente sus fronteras. La llamada movilización estudiantil en Chile, entre el 2006 y el 2011, surgió por parte de estudiantes que rechazan el sistema educacional.

La salud es accesible para los sectores pobres solamente si se encuentran en la modalidad de «indigente». Y el sueldo mínimo denominado Ingreso Mínimo Mensual en Chile, desde el 1 de marzo del 2019, es de 301 000 pesos chilenos, lo que equivale a 1,390.07 soles en Perú.

Pero a este sueldo se le descuenta los aportes previsionales y de salud. Y solamente 300.000 personas han recibido este aumento. Un menú promedio en Chile cuesta 3000 pesos lo que representa 13.82 soles y, si se come tres veces al día, el presupuesto aumenta unos miles de pesos más.

El alquiler de un departamento en el barrio más pobre bordea los 70 dólares mensuales sin contar el precio de los servicios básicos.

Antes 800 pesos costaba transportarse en Chile, siendo el único metro en latinoamérica que varía sus precios según el horario. Cuando se anunció su incremento en casi un dólar, ocurrió lo impensable: protestas, saqueos, muertos, incendios, arrestos, militarizacion de las calles.

Como una gota que colmó el vaso, miles de chilenos, en su mayoría jóvenes estudiantes, se manifestaron en contra del gobierno de Piñera. A quien no le quedó otra salida que dar un paso atrás con su alza de tarifa del metro de Santiago

Pero la población sigue enardecida, pese a que el saldo es de 11 muertes y millones de dólares en pérdidas. Por estos días, Chile no es el único país que protesta contra su gobierno, Ecuador lo hizo hace poco por el retiro del subsidio a los combustibles, con un saldo fue 11 civiles muertos. Brasil también protestó, con un saldo son cientos de asesinatos silenciosos en las comunidades indígenas.

Hay quienes especulan con una concertación para estas protestas, y otros que las explican a partir de la acentuación de las desigualdades en Latinoamérica. Lo cierto es que la gente está protestando y hace falta revisar los conceptos económicos y sociales en nuestros países.

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