La revocatoria es un instrumento democrático que permite a los ciudadanos retirar del poder a una autoridad elegida. Para que una revocatoria se produzca no es necesario demostrar la comisión de un delito y, aunque se debe fundamentar el pedido, no es necesario presentar pruebas. Lo más complicado de este proceso es su costo. En el caso de Arequipa se requieren más de 250 mil firmas (25% de población electoral), para revocar autoridades regionales. El costo para esta recolección es de 1 sol por firma; es decir que se requiere un cuarto de millón de soles, solo para el inicio del proceso. Recordemos que las firmas son el requisito previo para convocar al proceso electoral en el que se decida si la autoridad continúa en el cargo o no.

Los continuos dislates del gobernador regional Elmer Cáceres conducen al deseo de muchos por iniciar un proceso revocatorio, pero ¿es esto posible? En inicio, hay que esperar hasta junio de 2020 para la compra del kit para la recolección de firmas; luego, será necesario financiamiento. Si todo fuera viento en popa, la pregunta que surge es ¿quién ocuparía su lugar? Según la ley, el sucesor sería el vicepresidente regional y si este también fuera revocado, pues el Consejo Regional elegiría a unos de sus miembros. Solo ocurrirá una nueva elección de autoridades si un tercio del número de consejeros también es revocado.
Este panorama, no obstante, no significa que la revocatoria no sea una alternativa; sino que sería necesario pedir también la revocatoria de consejeros. Esto complica el proceso y lo encarece. Pero, los costos de sostener una autoridad regional como la actual, son mucho más altos, definitivamente.
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