Afuera del penal de mujeres donde se encuentra la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, su esposo Mark Vito llegó a su séptimo día de huelga de hambre. Loroso, lee una carta enviada por una de sus hijas.
Mientras tanto, en el Tribunal Constitucional, el más importante del país, se libra una batalla aparte.
Según un medio de prensa nacional, Ernesto Blume, presidente del TC y ponente en al Habeas Corpus a favor de la libertad de Keiko, ya tendría los 4 votos mínimos, entre los magistrados, que posibilitarían la libertad de la hija mayor del encarcelado Alberto Fujimori.
Después de haber desechado la posibilidad de considerar, en esta decisión, el testimonio de Jorge Yoshiyama, asegurando que Keiko conocía de los aportes de Odebrecht para la campaña presidencial de Fuerza 2011; todo hace suponer que insiste con su posición a favor de la libertad de la encarcelada.
Yoshiyama testificó además que ella misma le había pedido buscar «falsos aportantes» para la campaña del 2011; y reveló su nexo con el entonces juez César Hinostroza. El presidente del TC explicó que no debiera incluirse esta declaración, porque en el Hábeas Corpus solo se están discutiendo las afectaciones a los derechos fundamentales
Augusto Ferrero, José Luis Sardón y Ernesto Blume estarían a favor de la libertad de Keiko; mientras que Manuel Miranda, Eloy Espinosa-Saldaña y Marianela Ledesma estarían en contra. Quien sigue en duda es el arequipeño Carlos Ramos.
El lunes, el tribunal presentará una nueva propuesta y el sentido de la resolución dependerá del magistrado Carlos Ramos.
El debate continuará la próxima semana, pero no se tomará en cuenta las revelaciones sobre aportes recibidos por Keiko Fujimori para su campaña de 2011. Al millón y medio recibido de Odebrecht, se suman los 3 millones y medio de dólares del Banco de Crédito del Perú; y 200 mil dólares del empresario Vito Rodríguez, dueño del grupo Gloria.
Si se le otorga libertad, ¿De qué clase de lucha contra la corrupción estaríamos hablando?