Las acusaciones mutuas de politización en el Tribunal Constitucional, no tienen cómo negarse, desde que el nombramiento de los magistrados es fruto de una negociación política con cuotas determinadas por el peso de la representación que cada agrupación política tiene en el Congreso.
Así pues, además de inverosímil, la airada defensa de la acusada Fujimori que hizo el presidente del TC, Ernesto Blume, desmiente a sus vestiduras rasgadas en nombre de la imparcialidad. Su manipulación para conseguir los 4 votos en favor de la libertad, con tecnicismos que se debaten hasta hoy, se produjeron precisamente en momentos en que nuevas y escandalosas revelaciones sobre recepción de dinero de empresarios y grupos económicos, por parte de la propia Keiko, se daban a conocer.
Adicionalmente, se conocieron las declaraciones del sobrino de Jaime Yoshiyama, aspirante a colaborador eficaz, confirmando el pitufeo del dinero de Odebrecht, buena parte del cual tiene hasta ahora destino desconocido. Y por si faltaran ….
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