Antes de partir, las mujeres aimaras advirtieron a la Policía para que contrate un traductor aimara, ya que todas las declaraciones las darán en su idioma nativo, en caso de alguna intervención.
Su objetivo era uno: exigir que se reconociera la responsabilidad política por la cantidad de fallecidos en Puno y la renuncia inmediata de aquella exministra de Inclusión Social, que les había dado la espalda