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Manuel Rosas Quispe

Agitando las melenas con Dio: The Last in Line (1984)

La música de Dio es un grito desaforado en la batalla. Sus melodías y su lírica pretenden transmitir el carácter heroico de la existencia.

Kitchens of Distinction en la memoria

"Su sonido, conectado al post punk, con esas reverberaciones de guitarra tan propias del madchester y del brit pop, con esa voz sombría, como la de quien sufre alguna agonía invisible, con ese golpe atemperado de batería, nos habla de tiempos más felices: 1992".

Cambiar de una vez por todas y para siempre: un álbum mítico de Love

“Forever Changes”, haciendo honor al título, mantiene una vigencia realmente inquietante. Ello quizá se deba, entre otras cosas, a que no es un álbum celebratorio del hippismo y del flower power sino una mirada sombría a una ciudad que empieza a desmoronarse.

“Triangle of Sadness”: Comedia escatológica contra el poder

"Östlund ha ensayado un cuadro costumbrista satírico de las clases sociales privilegiadas y su mensaje es: las personas extremadamente ricas son vulgares, antipáticas y ridículas. No es un mensaje profundo ni complejo, y a lo mejor es simplista y maniqueamente prejuicioso, pero en su favor hay que decir que sabe poner en escena esa idea".

“Dinero” de Martin Amis

"John Self es, como diría un escritor del siglo XVII, una “sentina de vicios”. No hay adicción a la que su fofo cuerpo no sea proclive: las drogas, el sexo, la comida chatarra, el alcohol y, sobre todo, el dinero".

Evol: amanecer de Sonic Youth

"Desde el contundente y sereno “Tom Violence” (un homenaje a Tom Verlaine), hasta el pop rugiente de “Bubblegum”, pasando por viajes sombríos como “Marilyn Moore” o “Death To Our Friends” llevan la impronta de la banda, ese sello que, un par de discos después, con los monumentales lanzamientos “Sister”, un año después y “Daydream Nation”, en 1988, llevaría a Sonic Youth hacia el cielo de la inmortalidad".

Janis por siempre

Como Lester Bangs opinaba también, el rock murió en 1968. Quizá el último festival auténtico fue el de Monterey. Las garras de la industria discográfica (y de la industria en general) no iban a desaprovechar ese rentabilísimo filón que se les abrió de pronto y que tantas perspectivas económicas ofrecía.

Presagios de un mundo “desintegrado”

En “Disintegration” todo es sombrío, sereno y melancólico. No es una explosión sino un lento desvanecerse, un fade out cantado con la convicción de un “memento mori”.

Aftersun (¿con spoilers?)

"Películas en las que un padre debe ocultar su miseria para que su hijo pase una feliz temporada hay muchas. Lo peculiar de “Aftersun” es que nunca cae en la sensiblería común a este tipo de tramas. Al contrario, parece que Wells ni siquiera intenta que te des cuenta de lo que está pasando".
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