En la época del apogeo guanero (1845-1865) el Perú adquirió la supremacía naval del Pacífico, que en el enfrentamiento contra la escuadra española (1866) le dio el prestigio continental de ser el defensor de América Latina. Sin embargo, pasado el glorioso 2 de Mayo, las dificultades económicas de nuestra patria fueron en aumento, paralelamente a la disminución y tropiezos de la explotación guanera.
En este contexto, al iniciarse la década de 1870, Chile contrataba la construcción de dos blindados en los astilleros británicos. Estos duplicaban en tonelaje y aventajaban, en varias veces, la velocidad, el armamento y otras características de los componentes de la escuadra peruana. En pocas palabras, la adquisición chilena, cambiaba a su favor la correlación de fuerzas navales en el Pacífico. Enterado el gobierno de Balta del armamentismo de los sureños y recordando, seguramente, la antigua recomendación de Ramón Castilla: si Chile compra un barco, el Perú debe comprar dos; envió al marino Manuel Ferreyros a Europa para que compre dos blindados y dos cañoneras.
En 1872 se produjo el cambio de gobierno: de Balta a Manuel Pardo o lo que es lo mismo: de 50 años de militarismo al civilismo (relea Texao 7) y, entonces, Pardo: receloso de los gastos militares, abrumado por la bancarrota fiscal inminente y confiado en las tratativas diplomáticas anuló el pedido de Ferreyros.
Cuando se construían los blindados chilenos, José Antonio de Lavalle (el diplomático peruano que tendría mayor figuración en la guerra) a su vuelta de un viaje a Europa y en la intimidad que le brindaba el Presidente Pardo que era su pariente, le insinuó al mandatario el peligro del armamentismo chileno. Y ¿saben que le contestó Pardo al diplomático?: “Yo tengo dos blindados que son el “Buenos Aires” y el “Bolivia” (Lavalle 1979). Seguramente Pardo tenía ya proyectado celebrar una alianza con Argentina y Bolivia. Pero Argentina no quiso suscribir la alianza y Bolivia no tuvo una participación destacable en las acciones aliadas. Entonces los “blindados de Pardo” no fueron más que cucuruchos de papel navegando en el mar de la imaginación de nuestro presidente.
(En las citas textuales que se hacen en esta obra se respeta la ortografía de sus originales)
Juan Guillermo Carpio Muñoz
Texao Arequipa y Mostajo. La Historia de un Pueblo y un Hombre
Tomo II. Págs. 50 – 51
El Búho, para más noticias síguenos también en nuestras redes sociales:
Búscanos en Facebook, Twitter, Instagram y además en YouTube.
