Se confirmó la renuncia de tres funcionarios ediles del círculo más cercano al burgomaestre de Arequipa, Yamel Romero. La actual gestión parece haber nacido con defectos insalvables. A los vicios congénitos se han sumado la incompetencia de algunos y la clásica inoperancia de la monstruosa burocracia que torea sin problemas a todas las administraciones municipales.
Entre los renunciantes no figura el director de la Oficina Municipal de Transporte, Ricardo Ardito, cuya cabeza se pide con insistencia. El funcionario ha sido acusado por el regidor Percy Del Carpio de entorpecer la labor edil, además que los gremios de transporte urbano no cesan de acusarlo de intransigencia.
A ello se suma el afán protagónico de su primer regidor Pablo Blanco, quien en ausencia de Romero se sintió alentado para autodefinirse como una persona capaz de ejercer la alcaldía de Arequipa.
La conferencia de prensa convocada para el medio día de ayer – con la presencia de los renunciantes – no bastó para desmentir una crisis progresiva, atribuida en buena parte a la afición del alcalde por ambientes menos ceremoniosos y tediosos que el palacio municipal.
En la mencionada conferencia de prensa se anunció que los tres funcionarios salientes, Heriberto Luza Gironzini, director de Relaciones Públicas, David Dongo Ortega, director de Asesoría Legal, y Mauricio Meza Riquelme, director de Administración Financiera, dimitieron por razones personales.
La explicación fue que preferían retomar su labor docente en vista que las posibilidades del municipio son inferiores a su remuneración como catedráticos. Sin embargo, resulta obvio que estas labores no resultan incompatibles. Y que todos ellos prevén que el caos que actualmente envuelve a la municipalidad amenaza con comprometer a todos sus gestores.
El futuro de la municipalidad no promete. A pesar de que, como manifestó Heriberto Luza, él ya había cumplido con el objetivo que se había trazado. Es decir, organizar la oficina a su cargo.
Mauricio Meza calificó como preocupante la actual situación financiera de la municipalidad. Se encontraron indicios de malversación de fondos de la gestión anterior por un monto mayor de 38 mil dólares. Además de otras falencias económicas que tendrían que ser conjuradas con una austeridad rigurosa.
A esta violenta puesta a tierra de los pies municipales, se suman los mutuos jalones de orejas entre algunos regidores y Yamel Romero. Apenas el miércoles el alcalde calificaba de figuretis a los regidores Roger Arredondo y Zoila Valdivia de Chávez. Ellos habían denunciado un presunto tráfico de influencias en la contratación de personal de la baja policía. En este hecho supuestamente estaba implicado el director de Servicios Comunales, Jafet Romero. Por tener cercana filiación con el burgomaestre es y será una fuente continua de suspicacias.
Un comunicado del Partido Aprista deslindando cualquier responsabilidad política con respecto a las decisiones de este funcionario en la Municipalidad Provincial de Arequipa en vista de que “el ciudadano Jafet Romero Tapia, no se encuentra registrado como militante en el padrón nacional actualizado de nuestro partido, y nunca ha militado en nuestra organización”, no puede tomarse sino como un zanjamiento con la gestión Romero. Además anuncian que oportunamente emitirán un balance sobre ella.
Cerrando los ojos, la primera autoridad edil ha querido ver en el comunicado un respaldo a sus afirmaciones de no apristizar el municipio de Arequipa. Pero mas allá de las interpretaciones, queda claro que el tiempo de construir una fachada para el exterior ha terminado. Ha llegado el momento de ver hacia adentro, sincerar los objetivos y posibilidades. Y comenzar el arduo trabajo que supone administrar una ciudad como la nuestra.
En este contexto, el anuncio de mantener los 2 mil 400 soles de remuneración que percibe, difícilmente logrará desplazar la atractiva idea de poner en práctica los 9 mil soles que ya se aprobaron. Esta demostración de mesura serviría para atenuar la impaciencia que la ciudadanía comienza a demostrar.
Entre tanto los flamantes directores de Asesoría Legal, James Fernández, de Administración Financiera, Luis Salinas; y el secretario general, Carlos Ortiz, tendrán que enfrentarse a la barahúnda de reclamos y protestas que subsisten. Todavía no se ha de signado al sucesor de Heriberto Luza.
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