Tras publicarse las dos listas oficiales que disputarán la nueva Mesa Directiva del Congreso, bancadas anuncian que no votarán por ninguno de los dos
La ola de críticas al pacto del fujimorismo y los lapicitos no paran desde ayer. Hoy se conoció la otra lista que enfrentará al fujicerronismo, que tampoco tiene mucha popularidad entre los otorongos. Varios congresistas han mostrado su rechazo a ambas listas. Es el caso de los conservadores enviados del señor, Renovación Popular, quienes han dicho que “no permitirán que la nueva Mesa Directiva del Congreso tenga un comunista”, pero dijeron que tampoco apoyan a la otra lista. Susel Paredes también rechazó a la lista 1 argumentando que el fujicerronismo ya convivían políticamente hace tiempo y que esta alianza lo confirma. Sin embargo, las malas lenguas ya predicen que la lista 1 ganará contra viento y marea “porque representa a todas las bancadas”. Qué desgracia.
Consolidación del fujicerronismo en el Congreso provoca ola de críticas entre políticos nacionales
Con el fujicerronismo convertido en la mayor abominación de la historia del Congreso, las reacciones de nuestra fauna política no se han hecho esperar. La más gráfica llegó por cortesía del Lagarto Vizcarra, quien se burló de la nueva parejita política y también le mandó su chiquita al padrino de los novios. Desde sus redes sociales sentenció que el fujicerronismo pasó de ser una cómoda convivencia a un sólido matrimonio con padrinazgo alcahuete de César Acuña, el testigo de la unión más antinatura de la historia política reciente. Asimismo, sentenció que tanto Perú Libre, Fuerza Popular y Alianza Para El Progreso están en una desvergonzada repartija. Menos cariñosa fue la alusión de Verónika Mendoza, que no bajó de traidor a la hora de calificar al cerronismo, para ardor de Vladimir. Lo que unió la corrupción, no lo separe el hombre.
Alberto Otárola minimiza denuncia de Rosa Gutiérrez sobre presiones de la presidenta Dina Boluarte y defiende su “altura moral”
A Rosita, los que eran sus pinkis, ahora le han dado la espalda. Luego de denunciar presiones del Ejecutivo antes de su destitución, tanto el ministro de Justicia como el premier salieron a desmentir que la hayan obligado a reponer al exgerente de Essalud en el cargo. Alberto Otárola salió con la pierna en alto y puso, no solo las manos, sino todo el cuerpo al fuego por su jefecita: “Quiero defender la altura moral y la calidad ética de la presidenta, ella como todos los funcionarios estamos ocupados e interesados en que la gestión pública se desarrolle dentro de las más altas convicciones democráticas, pero también cuidando el dinero”. Mientras tanto, Rosa Gutierrez acudió a la Fiscalía para declarar sobre los presuntos casos de corrupción que detectó durante su corta gestión en dicha institución, según declaró al Congreso.
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