El incremento de la inseguridad ciudadana en Arequipa está escalando a niveles alarmantes. Y es que las balaceras y asesinatos por sicarios se están haciendo pan de cada día. Enero se ha llenado de titulares de violentos crímenes que hasta el momento no tienen solución a la vista.
Para algunas autoridades locales la solución pasaría por la manida declaratoria de estado de emergencia de la ciudad, aunque en opinión del general PNP Colin Sim Galván, jefe de la IX Macrepol Arequipa, esta medida afectaría al sector turístico, pues sería percibida como “una ciudad no hábil para el turismo”. La propuesta de declaratoria fue ignorada durante la última sesión de la Presidencia del Consejo de Ministros, pese a que alcaldes y congresistas impulsaron la medida.
La lucha armada entre bandas organizadas de criminales extranjeros (mayormente colombianos y venezolanos) es un escenario que nunca antes se ha presentado en la ciudad de Arequipa. Dos bandos se disputan territorios para sus actividades delictivas como el proxenetismo, microcomercialización de droga, cobro de cupos y préstamos bajo la modalidad del ‘gota a gota’. Los asesinatos se graban y posteriormente se difunden en redes sociales para causar temor y advertir de lo que son capaces.
Disparos, balaceras en plena vía pública y violentos asaltos dejan al descubierto una situación que, en opinión de la ciudadanía, desborda a la Policía que no ha podido desarticular las organizaciones criminales que siembran el terror entre la ciudadanía. La tradicional ciudad blanca busca recuperar la tranquilidad que la caracterizaba. ¿Sus autoridades estarán a la altura?
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