La muerte de un profesor en Ate frente a sus alumnos, y en pleno Estado de Emergencia, ha marcado un nuevo y preocupante nivel en la crisis de nuestro maltratado país. Los ministros más cercanos a Dina Boluarte salieron rápidamente a hacer control de daños, tratando de ganar algunos puntos de popularidad. Como ya es usual, el tiro les salió por la culata. Terminaron minimizando el hecho y generando más rechazo entre la población.
A pesar de la gravedad de la situación y de la continua ola de crímenes que azota la capital, la presidenta Dina Boluarte no ha dicho ni una palabra. Nuevamente, la mandataria ha decidido desaparecer sin dar explicación alguna. Este 15 de octubre no se ha registrado ninguna actividad oficial, y tampoco ningún pronunciamiento respecto a la gravedad del hecho. Como ya nos tiene acostumbrados, seguramente su vocero saldrá a decir que la presidenta ha manifestado su profunda preocupación y que ha estado trabajando sin descanso para obtener mejores resultados. Mientras tanto, los peruanos siguen muriendo…
Gustavo Adrianzén se atornilla al cargo: “Si dando un paso al costado garantizaría que nadie va a morir, lo haría”
El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, hizo unas declaraciones irónicas tras los pedidos de renuncia por el mal manejo de la crisis de inseguridad ciudadana. En un primer momento, se reafirmó en ‘atornillarse’ al premierato. Esto a pesar del sangriento y trágico caso de sicariato en el que un profesor fue acribillado en Ate. Ante la insistencia, ensayó una respuesta injustificable: “Mire, si fuera posible garantizar que dando un paso al costado nadie va a morir en el Perú, lo haría”. Luego, le echó flores al plan que actualmente está ejecutando la PNP contra el crimen organizado. “El plan está funcionando con centenares sino miles de policías y efectivos del ejército en las calles. Estamos patrullando permanentemente, estamos desarrollando amanecer seguro, retorno seguro”.
El premier vive en un cuento de hadas.
Cinco altos funcionarios salieron del Mininter y Juan José Santiváñez intenta hacerlos pasar prueba del polígrafo
El crimen del profesor en Ate agarró frío a Juan José Santiváñez. El popular Pablo Mármol malo mostró su lado más ridículo al intentar negar que su estrategia del estado de emergencia es un fracaso y huyó de la prensa con el perfil desencajado. No han sido horas fáciles para el ministro del Interior. Salió a la luz que el último sábado Santiváñez pidió la renuncia a cuatro altos funciionarios, y de yapa, renunció uno más. Todo un terremoto en la interna del Mininter considerando que se fue hasta el jefe del gabinete de asesores del despacho ministerial. No fue todo, Santiváñez quiso que los renunciantes pasen una prueba del detector de mentiras por miedo a filtraciones, algo que el propio ministro confirmó argumentando un protocolo establecido en el ministerio.
Uyuyuuuuuy, ¿a qué le tiene tanto miedo?
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