Dina Boluarte convocó oficialmente a elecciones, y lejos de preocuparse por elaborar propuestas, el Congreso tiene una misión aún más urgente: acabar con los últimos vestigios de derechos humanos en el país, antes de que se les acabe el tiempo.
Uno de sus grandes proyectos es reinstaurar la pena de muerte, pero como eso choca con tratados internacionales, han ideado una solución: sacar al Perú de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La artífice de esta genialidad es Patricia Chirinos, respaldada por toda la bancada de Renovación Medieval, quienes enviaron hoy una carta a Dina Boluarte formalizando la solicitud. De aprobarse, el país quedaría a merced de cualquier dictador en potencia, sin posibilidad de recurrir a instancias internacionales.
Pero eso no es todo. Luego de limitar las condenas por crímenes de lesa humanidad cometidos por militares durante el conflicto armado, José Cueto y Fernando Rospigliosi, vienen empoderando a militares señalando que esta norma es una «justa» lucha contra las ONG, esas que lograron sentencias contra altos mandos militares responsables de ejecuciones, desapariciones y torturas. Para ellos, todo fue una injusta persecución contra los «héroes» que, casualmente, trabajaban junto a Montesinos y Fujimori.
Al parecer, para ellos, los derechos humanos son un estorbo y no un principio fundamental. Y con ese criterio van a legislar en lo que les queda.