La Red

Desde El Tambo hasta el Cerrito de la Libertad las cruces de Huancayo celebran la tradición

La cruz que llegó a América con la evangelización en 1492, permanece hasta hoy en los pueblos por los que pasaron los conquistadores para reemplazar los antiguos signos religiosos de los nativos, en el caso del Perú, de los incas, que adoraban el sol y la luna, el agua y la tierra, la naturaleza y […]

La cruz que llegó a América con la evangelización en 1492, permanece hasta hoy en los pueblos por los que pasaron los conquistadores para reemplazar los antiguos signos religiosos de los nativos, en el caso del Perú, de los incas, que adoraban el sol y la luna, el agua y la tierra, la naturaleza y los fenómenos naturales.

No hay lugar en el país que no tenga una cruz en lo alto de los cerros, en las quebradas, valles y calles, con diferentes denominaciones, a la que rinden culto con celebraciones litúrgicas, procesiones, bailes y manifestaciones tradicionales, y a la que atribuyen milagros.

Huancayo es una cruz
En mayo, visiblemente, Huancayo es una cruz, cuya cabecera está en El Tambo, los pies en Chilca, los brazos en el Cerrito de la Libertad y el cementerio general.

Suscríbete

Recibe información especializada todas las semanas.

Una fiesta que empieza a la entrada de la ciudad

Fiestas de cruces, desde el primero, hasta el último de este mes.

Empieza en la capilla de El Tambo, a la entrada de la ciudad, antiguamente para dar gracias a Dios antes de registrarse en la Cadena, un puesto de control policial, entre las calles La Victoria y Bolognesi.
Las festividades se realizan con las tradicionales novenas, el día central de misa y procesión, y la celebración popular con bailes, entre algunas, la Chonguinada y el tradicional cortamonte para nominar a los priostes del próximo año.
Del madero tambino dicen que su origen se pierde en el tiempo, porque fueron los españoles que lo trajeron a su ingreso al reino huanca, por el camino Real de los incas. Fueron ilustres familias que mantuvieron la fe que se transmitió por generaciones. Muy recordadas las misas y los sermones de quien fue párroco, el padrecito Ángel Acuña Rojas (+).

Una historia escrita por la fe de los pobladores

Cada cruz tiene su historia, escrita por los antiguos pobladores y recopiladas muy documentadamente por el periodista, reportero gráfico y docente, Guillermo Joo Muñoz, un ferviente folclorista y apasionado de las tradiciones huancas.

Una cruz traída por los españoles

El 3 de mayo, la fiesta se traslada al Cerrito de la Libertad, cuya cruz, según versiones históricas, fue traída por los españoles, colocada en el antiguo templo de la plaza Huamanmarca, luego abandonada, y en 1896 trasladada al Cerrito de la Libertad, donde permanece hasta hoy. La cruz era adornada con paños bordados, rodeada de arcos multicolores, luego llevada en procesión, pasando por arcos también de colores, especialmente preparados por don Daniel Jaime, conocido como “Chulla paño”.

Tres cruces en el panteón

No podía faltar una cruz en el cementerio que inicialmente se veneraba en la desaparecida calle Callao, recordando el madero en el que fue crucificado Jesús. No sólo es una, sino tres, una devoción que viene de principios del siglo pasado, cuando las dos primeras las trajeron de Cajas Chico, denominadas Médico y Abogado, y agregaron una tercera, Justo Juez, que fueron trasladadas en 1930 al cementerio general.
Desde entonces, las festividades son desbordantes de devoción y de oración por los difuntos, animados con pandillas de chonguinos que, antes, como en el Cerrito, solo bailaban hombres, y ahora es mixto.

El señor de Chonta y sus muchos milagros

El Rostro fue traído de España y la cruz hecha con madera chonta de Chanchamayo. Es la Cruz de Chonta que se honra en la calle Ica. El 18 de mayo se reúnen en torno a ella, profesionales, empresarios, amas de casa y trabajadores para agradecer por las gracias recibidas y pedir un milagro, especialmente de salud, porque sus primeros devotos fueron sanados de sus males.
Desde la víspera hasta la despedida bailan chonguinada, capitanía, huancadanza, morenada y la infaltable yunza.

El Tayta Chilca venido del cusco

Cuentan que los arrieros que venían del sur se postraban a los pies del Tayta Chilca para agradecer por haber llegado sin novedad y pedir que les vaya bien en sus negocios. El padre Max Cuadros, quien fue párroco, escribió que la fe llegó del Cusco, el siglo pasado, con la familia Chalco, quienes propagaron sus favores. Sin embargo, su historia se remontaría a tiempos de Francisco Pizarro que a su paso por estas tierras dejó un soldado enfermo cerca del río Chilca, quien, en agradecimiento por haber sanado, hizo tres cruces para su culto.
La fecha central es el tercer jueves de mayo, con liturgias, procesiones, bailes y convites.

El mercado Mayorista no se queda atrás

El ebanista Gabino Galván confiesa haber confeccionado una cruz de madera en 1948, motivado por su amor a Cristo, la que fue plantada en el mercado Mayorista de entonces, entre Ancash y Piura, posteriormente trasladada a su nueva capilla en la calle Huancas. Cuando fue entrevistado, don Gabino reveló que su fe al Señor hizo que se convirtiera de un modesto vendedor de frutas a un gran empresario en el rubro. La cruz es el patrono de los vendedores mayoristas.

Las cruces de la Samaritana y exaltación

Una devoción iniciada en 1940 y confirmada al año siguiente con la fundación de la “Sociedad Samaritana de Auxilios Mutuos”, el 27 de mayo. Este año celebra su 84 aniversario. Son muchas las familias que la acogieron desde sus hogares hasta que se estableció en una capilla de la calle Loreto, donde tiene lugar el programa que reúne las mejores estampas folklóricas de Huancayo, como lo atestigua y vive, Gerardo Janampa Orellana, quien heredó este amor a la cruz de sus padres, especialmente del histórico Manuel Trinidad Janampa que tuvo una de las colecciones más grandes de periódicos. Entre los bailes destaca la chonguinada en todo su esplendor.

Un circuito de la fe que termina en junio
Para cerrar el circuito de las cruces, se encuentran el Señor de Muruhuay en el barrio San Carlos; el madero de Quishuar de la calle Ayacucho y el Señor de los Milagros, de la calle Lima, cerca al cementerio.

Cada una de ellas con su historia y milagros, sus más fervientes devotos y tradiciones, a partir de mediados del siglo XX y que se mantienen vivos durante estos días hasta junio.

Destacan la profunda religiosidad, los adornos, mantos artísticamente bordados, los arcos multicolores para las procesiones, la presencia de las mejores bandas y orquestas que sirven de marco a las chonguinadas y varias estampas, para terminar con los cortamontes y las despedidas hasta el próximo año. Como dicen los antiguos huancas: ¡Hasta huatanccama” en mi deficiente quechua huanca.

Lea la nota original aquí o visita el medio HYTIMES.PE

 

Red de Medios Regionales del Perú

Medios informativos de diez regiones del Perú se unen e integran la Red de Medios Regionales del Perú, con el objetivo de cubrir el acontecer nacional con una visión propia.