Lo del hacker InkaRoot y los “Dirin leaks” es solo el comienzo. El hacktivista tiene en la mira a Dina Boluarte y promete más capítulos de filtraciones, mismo “Anonymous made in Perú“. Así lo hizo saber el propio InkaRoot en una entrevista concedida a La República. Allí advirtió que revelará las conexiones de poder y corrupción que se esconden en el Estado. La ciberseguridad de las plataformas del Estado peruano es un desastre, y más aún la de la Policía.
El hacker reveló que filtrar información policial fue deliberado, para exponer su enclenque seguridad a pesar de la información sensible que manejan. Y vaya que lo consiguieron. La Dirin quedó en modo Windows 95, lenta, vulnerable y parchada con cinta scotch. A este paso, los hackers van a encontrar a Cerrón antes que la Policía.
Desde la Policía aseguran que filtración de archivos de DIRIN es un “trabajo” interno y no un hackeo
Como si se tratara de un ciberthriller de bajo presupuesto, el ministro del Interior, Carlos Malaver, afirmó que la filtración de datos de la DIRIN no fue un hackeo espectacular, sino más bien un “regalo” interno hecho por un miembro de la propia dirección policial. Mientras el comandante general de la PNP daba una rueda de prensa (a la que Malaver no asistió por estar “ocupado”), se iniciaban investigaciones administrativas y penales que no descartan que “altos mandos” estén detrás del chisme.
Con la promesa de proteger tanto la información como al personal policial cuyos datos ahora navegan por la web, el ministro advirtió, con tono casi profético, que la delincuencia ya no necesita aparecer físicamente: la nueva modalidad son los ciberataques. Así que, mientras la PNP reevalúa sus procesos, el mensaje es claro: para la Policía, el enemigo podría estar tras la pantalla… o incluso, vestido de uniforme en sus propias oficinas.
Claudia Sheinbaum le resta importancia al anuncio del Congreso de declararla “no grata” en Perú por defender a Pedro Castillo: “No importa”
Para el gobierno de México, Pedro Castillo no intentó dar un golpe de Estado: a él le dieron el golpe. Por eso —según esta versión— hoy está “secuestrado” en una celda, mientras su familia logró ponerse a buen recaudo gracias a su ofrecimiento de asilo. Esa es la historia que Claudia Sheinbaum decidió creer desde que AMLO estaba en el poder, y con ello en mente le restó toda importancia a la moción exprés de la Comisión de Relaciones Exteriores que la declaró persona no grata por solidarizarse con Castillo días atrás.
“Es una política que viene desde el gobierno de López Obrador, como en el caso de Ecuador, donde rompimos relaciones tras la invasión a nuestra embajada. Nosotros mantenemos el mismo criterio. Entonces, no importa, vamos a mantener nuestra posición”.
Mientras tanto, los congresistas futiosos hicieron lo que mejor saben: lanzar insultos. Esta vez, la tacharon de “vil narcotraficante”. Pero ni así lograron que Sheinbaum les preste más de un minuto de sus declaraciones. Quedaron desubicados.

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