Crisis en Machu Picchu. La disputa por la carretera Hiram Bingham donde a diario se trasladan miles de turistas para visitar la maravilla mundial, está escalando peligrosamente. La actual empresa que opera la ruta, Consettur Machupicchu, anunció la suspensión de su servicio alegando falta de garantías tras un atentado contra uno de sus buses. Pero la paralización duró apenas tres horas, tiempo suficiente para perjudicar a más de 600 turistas entre niños y ancianos.
El Gobierno Regional del Cusco intervino para que vuelvan a operar y no dejar varados a miles de turistas. Consettur sostiene que advirtió con tiempo esta situación e invoca el ‘silencio administrativo positivo’ para seguir en la ruta, una movida que se ha calificado como una jugada legal para evitar su salida de la ruta turística más ambicionada del Cusco.
Por otro lado, el alcalde de Urubamba, Ronald Vera, contrató los buses de otra empresa, pero aún no pueden ingresar. Comuneros respaldan el ingreso de nuevos operadores y el alcalde de Machupicchu, Elvis La Torre, alertó que si el servicio se interrumpe otra vez podrían desatarse enfrentamientos entre la sociedad civil, pues hoy los manifestantes de ambas posturas ya llegaron hasta Cusco para exigir que se valide su posición.
Autoridades nacionales y regionales han sido llamadas a instalar de inmediato una mesa técnica para evitar que la crisis afecte, otra vez, al turismo.
Programa de la Red de Medios Regionales del Perú

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