La insania criminal en Trujillo parece no tener límites ni freno. En medio del horror por las extorsiones diarias y los atentados cada vez más frecuentes, otro espeluznante caso sacudió a la ciudad norteña. Se trata del secuestro de un joven de 23 años, la grabación de su ejecución, la extorsión a su familia para devolver el cuerpo, el hallazgo de sus restos desmembrados y el silencio de la Policía frente a este hecho.
Historia de horror
La tragedia comenzó el sábado 6 de septiembre, cuando Luis Anticona Gutiérrez, trabajador de limpieza de la Municipalidad Distrital de Víctor Larco, terminó su jornada laboral y desapareció sin dejar rastro.
Horas después, sus familiares recibieron un macabro video en el que se ve al joven siendo ejecutado de un disparo en la cabeza. Poco después, llegó un nuevo mensaje: los asesinos exigían 20 mil soles para entregar el cadáver.
Desmembraron su cuerpo
Los familiares denunciaron el hecho ante la Policía y la Fiscalía, pero mientras aguardaban información, recibieron la noticia del hallazgo de un cadáver en un descampado, cerca del canal de Chavimochic, en Alto Moche.
Los restos estaban dentro de un costal. Habían sido descuartizados y quemados. A pocos metros se halló un brazo. Entre la desesperación y la duda, la familia reconoció al joven, y el martes, en la División Médico Legal del Ministerio Público, se confirmó su identidad.
Los peritajes revelaron que, tras ser asesinado de un disparo, su cuerpo fue desmembrado con una sierra eléctrica. Le amputaron los brazos a la altura de los hombros, las piernas desde las rodillas y la cabeza desde el cuello.
¿Quiénes lo asesinaron?
La identidad de los homicidas aún se desconoce. En el video del asesinato, el autor del disparo, que aparece con el rostro cubierto, se identificó como integrante de la banda La Nueva Jauría. El móvil del crimen tampoco está claro: ¿venganza, acto de intimidación o una nueva modalidad de extorsión? Nadie lo sabe.
Pese a la conmoción que ha generado el caso, la Policía no ha emitido información oficial ni se conocen avances de la investigación.
Mientras tanto, la familia de Luis Anticona enfrenta el dolor y el miedo en silencio, a puerta cerrada, esperando respuestas.
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