Cuando aún faltan pocas semanas para que termine este año, hay un juego que ha conseguido atraer a miles de aficionados en Perú y se ha convertido en el gran ganador de 2025: el baccarat. Este juego de cartas, envuelto en un aura de sofisticación y exclusividad, a menudo asociado con casinos de lujo y escenas cinematográficas de alto espionaje, ha trascendido su nicho para convertirse en un fenómeno de masas en el país. Su crecimiento no ha sido explosivo, sino más bien un ascenso constante y refinado, impulsado por la proliferación de torneos en línea que han permitido a miles de peruanos descubrir sus sencillas reglas y su emocionante dinámica, muy alejada de la complejidad que muchos le atribuían erróneamente.
Este crecimiento responde a una búsqueda por parte de los jugadores de experiencias novedosas y distintas a las tradicionales. Mientras que las tragamonedas y las apuestas deportivas mantienen su dominio, el baccarat ha ofrecido una alternativa que combina suerte y una mínima estrategia, pero sobre todo, un ritmo rápido y reglas fáciles de asimilar. Muchos lo confundían con el póker o el blackjack, juegos que requieren un estudio más profundo de estrategias y un mayor componente de habilidad. Sin embargo, a medida que las plataformas de casino online han ganado terreno y visibilidad en el mercado peruano, el baccarat se ha despojado de sus mitos, presentándose como una opción accesible y emocionante, ideal tanto para el jugador novato como para el más experimentado que busca acción directa sin las largas deliberaciones de otros juegos de naipes.
Las reglas de un juego muy sencillo
El principal atractivo del baccarat reside en su simplicidad. A diferencia de otros juegos de cartas, el objetivo no es vencer al resto de los jugadores ni al crupier con una combinación específica, sino apostar por cuál de las dos manos que se reparten, la del ‘jugador’ o la de la ‘banca’, obtendrá una puntuación más cercana a 9. También existe la opción de apostar por el ‘empate’. Cada carta tiene un valor determinado: los Ases valen 1 punto, las cartas del 2 al 9 conservan su valor nominal, y las figuras (10, J, Q, K) valen 0. Si la suma de las cartas de una mano supera 9, se elimina la decena.
Por ejemplo, una mano con un 7 y un 8 suma 15, pero su valor en baccarat es 5. El jugador no toma decisiones sobre pedir o plantarse; unas reglas fijas, conocidas como ‘la tabla’, dictaminan si se debe repartir una tercera carta a alguna de las manos. Esta automatización de las decisiones convierte al baccarat en un juego de puro azar y expectación.
El baccarat en la pantalla grande
Parte del misticismo que rodea al baccarat proviene de su destacada presencia en la cultura popular, especialmente en el cine. Es el juego predilecto del agente secreto más famoso del mundo, James Bond. Desde su primera aparición en la novela Casino Royale de Ian Fleming, y en películas icónicas como Dr. No o GoldenEye, Bond es retratado frecuentemente en elegantes mesas de Chemin de Fer, una de las variantes más tradicionales del baccarat. Sin embargo, es aquí donde nace la confusión popular.
El espectador promedio, menos familiarizado con los juegos de casino, a menudo asume que el agente 007 está inmerso en una tensa partida de póker. La atmósfera de glamour, las apuestas elevadas y la tensión silenciosa son elementos que ambos juegos comparten en el cine, pero la mecánica subyacente es radicalmente diferente.
Primeros pasos en el baccarat
Para aquellos peruanos atraídos por la elegancia del baccarat, es fundamental acercarse al juego con una mentalidad informada y responsable. Lo primero es comprender que, a pesar de las apariencias, es un juego de azar casi en su totalidad. No existen estrategias complejas que garanticen una victoria. El consejo más repetido por los expertos es apostar consistentemente por la ‘banca’, ya que estadísticamente tiene una ligera ventaja sobre la mano del ‘jugador’, aunque esta apuesta suele conllevar una pequeña comisión sobre las ganancias.
Es crucial establecer un presupuesto fijo antes de empezar a jugar y no desviarse de él, entendiendo el juego como una forma de entretenimiento y no como una fuente de ingresos. Aprovechar los bonos de bienvenida y las versiones de demostración que ofrecen los casinos en línea es una excelente manera de familiarizarse con el ritmo y las reglas sin arriesgar dinero real.
Torneos en línea, la clave de la nueva popularidad
El verdadero catalizador del interés por el baccarat en Perú durante 2025 ha sido la creciente oferta de torneos en línea. Estas competiciones han transformado una experiencia tradicionalmente individual en un evento comunitario y competitivo. A diferencia de jugar en una mesa estándar, los torneos enfrentan a los participantes para ver quién puede acumular la mayor cantidad de fichas en un número determinado de manos o de tiempo.
Esta estructura no solo añade una capa de emoción y estrategia en la gestión del capital de juego, sino que también ofrece premios significativos por una inversión inicial relativamente baja. La visibilidad de estos eventos, promocionados a través de streamers y en redes sociales, ha sido clave para atraer a un público más joven y digitalmente nativo, que ha encontrado en el baccarat una nueva y sofisticada arena donde poner a prueba su suerte.
Diferencias entre el baccarat y el póker
Aunque a menudo se confunden en el imaginario popular, el baccarat y el póker son fundamentalmente distintos. La principal diferencia radica en el papel de la habilidad. El póker es un juego de estrategia, psicología y toma de decisiones constantes; un jugador experto puede mitigar el factor suerte a largo plazo a través de un profundo conocimiento del juego y de la lectura de sus oponentes.
En cambio, el baccarat es un juego de azar casi puro. Una vez realizada la apuesta a ‘jugador’, ‘banca’ o ‘empate’, el participante es un mero espectador del resultado, que viene determinado por las cartas que se reparten. No hay faroles, no hay decisiones estratégicas complejas tras la apuesta inicial. Es precisamente esta simplicidad, combinada con la rapidez de sus rondas y el bajo margen de la casa, lo que ha permitido al baccarat hacerse un hueco en el corazón de los jugadores peruanos, ofreciendo una dosis de elegancia y emoción directa y sin complicaciones.

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