En los últimos cinco años, algo ha estado cambiando en la economía peruana. El entretenimiento se digitalizó a velocidad de vértigo, arrastrando consigo la forma en que las familias organizan y gastan su dinero. Netflix y Spotify son algunas de las plataformas que se llevan una parte de la canasta familiar.
Si se lo contaras a tu yo de hace 15 años, te parecería ciencia ficción. Sin embargo, hoy forma parte del presupuesto mensual, algo tan natural como pagar la luz o el agua.
No hablamos de una anécdota curiosa. Estamos frente a una industria que mueve millones, redibuja el consumo familiar y plantea preguntas en las que vale la pena indagar: ¿cómo se está armando esta nueva economía? ¿Qué oportunidades reales abre para el país?
Cuando el entretenimiento se vuelve gasto fijo
La conectividad en Perú alcanzó un punto de inflexión. Según el CEPLAN los 4.2 millones de conexiones de internet fijo registradas al cierre de 2024 representan, en parte, cómo las familias ya no conciben de su vida sin un poco de ocio en línea.
Los datos de El Comercio revelan que los hogares peruanos manejan, como promedio, al menos dos plataformas de video y una de música. Hagamos cuentas rápidas. Netflix ronda los 35 soles mensuales, Spotify unos 20. Por tanto, una familia típica destina entre 80 y 120 soles cada mes solo a entretenimiento digital en septiembre de 2025.
Un estudio más profundo podría sustentar una realidad evidente. Netflix ya no compite solo con el cable tradicional. Esta realidad muestra cómo cada plataforma ofrece contenido tan específico que crea su propio nicho, multiplicando el gasto total sin que las familias se den cuenta del todo.
Gastar poco… pero seguido: ahí está el acierto

Fuente: Pexels
Las microtransacciones han demostrado ser uno de los engranajes más eficaces de la economía digital. Lo que a simple vista parecen compras mínimas, en conjunto sostienen industrias enteras.
La clave está en la accesibilidad financiera. Contratar un plan anual de streaming en un pago de 400 soles en septiembre de 2025 genera resistencia automática. Sin embargo, dividir el monto total en cuotas mensuales de 35 soles ayuda a las familias a integrar este gasto en el presupuesto mensual de manera natural.
En este escenario, la plataforma Caliente se ha posicionado como un referente en el sector de casinos online. Desde este sitio, los usuarios acceden a opciones variadas de slots, jackpots y juegos en vivo desde un mismo espacio gestionando su entretenimiento con montos que democratizan el entretenimiento.
Para esta plataforma aplicar modelos basados en transacciones pequeñas, claras y reguladas, le ha permitido consolidar la confianza de los usuarios y, al mismo tiempo, mostrar cómo el entretenimiento online puede estructurarse como una economía formal y transparente.
De hecho, los estudios globales de Market.us lo confirman. Entre el 48.2% y el 70% de los ingresos de aplicaciones móviles proviene de microtransacciones, no de ventas tradicionales. El patrón es evidente. La economía fraccionada, más que una táctica, se ha convertido en el modelo dominante del entretenimiento digital.
El futuro económico del entretenimiento digital en Perú
Las proyecciones para el sector de ocio digital en Perú justifican considerarlo como un sector económico emergente importante. Revisemos los números:
Indicador 2024 Proyección 2027 Crecimiento Fuente principal
Usuarios de plataformas streaming ~14 millones >16 millones +14% Statista, 2025
Penetración plataformas online 24–25% población 28–30% población +4–5 pts Kantar IBOPE, 2025
Gasto promedio/usuario (USD) 38–41 54 +30–40% Statista Market Forecast
Ingreso total video streaming $48.8 millones >$60 millones +23–25% Statista, 2025
App streaming preferida (ranking) Netflix líder Netflix, Prime, Max Diversificación Omnicom, Sherlock Comm.
Los DatosMacro de Perú cuentan la historia de una economía digital que ya no toca con timidez la puerta de los hogares. Ahora entró, se instaló y está redefiniendo las reglas del juego. El crecimiento proyectado de usuarios confirma que el entretenimiento online dejó de ser un lujo marginal para convertirse en un hábito masivo que reconfigura la economía doméstica.
Ni los pagos mensuales de las plataformas ni las microtransacciones son hechos aislados. Juntas forman un patrón. Ese patrón convierte al ocio digital en un sector sólido dentro de la economía peruana.

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